En la cuarta y última noche de la Convención Nacional Republicana, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aceptó la candidatura a la reelección frente a un jardín de la Casa Blanca colmado y advirtió: "Esta elección decidirá si salvamos el sueño americano o si permitimos que una agenda socialista destruya nuestro querido destino".

"Esta elección decidirá si protegemos nuestros puestos de trabajo o dejamos que se vayan a China; si protegemos a los ciudadanos que respetan la ley o damos rienda suelta a anarquistas, agitadores y criminales violentos", continuó el mandatario, en clara referencia a las protestas y disturbios desatados en los últimos meses por los asesinatos y ataques de policías blancos contra ciudadanos negros.

El mandatario ratificó su defensa cerrada a las Policías: "Aquí todos apoyamos a las fuerzas de seguridad". Trump habló en uno de los jardines de la Casa Blanca, mientras afuera cientos de manifestantes protestaban contra el Gobierno.

El mandatario, quien fue presentado por su hija mayor, Ivanka, como un dirigente que "no se calla para sobrevivir" y "denunció la hipocresía de Washington", resumió su reivindicación como un "outsider" de la política, el apoyo de su partido a un Estado pequeño y su alianza explícita con la derecha religiosa.

"En este país no buscamos la redención en políticos de carrera ni esperamos que el Estado nos levante. En este país ponemos nuestra fe en Dios", aseguró y luego prometió que el muro en la frontera con México "estará terminado pronto". Dos horas antes, uno de los primeros oradores de la última noche de la convención fue el líder de la minoría republicana en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy.

"Como republicanos estamos orgullosos de estar junto al presidente Trump enfrentando a China y deshaciendo los malos acuerdos comerciales, apoyando a las familias militares y, como todos saben, combatiendo a un enemigo invisible", aseguró, en referencia a la pandemia, la misma que la mayoría de los oradores presentaron prácticamente como una historia de éxito pese a los más de 5,8 milones de casos y más de 180.000 muertos.

"Vamos a vencerlo porque Trump creó un Plan Marshall para la clase media", prometió el congresista comparando los paquetes de ayuda económica aprobados por el Congreso -con apoyo de la oposición- con la masiva ayuda que Estados Unidos dio a Europa para la reconstrucción posterior a la Segunda Guerra Mundial.

Como en las noches anteriores, se hizo hincapié en el pasado empresarial de Trump, su comprensión de los que los negocios necesitan para recuperarse y se comparó con la carrera de Biden, quien fue casi toda su política un funcionario, y con otro dirigente demócrata, el alcalde neoyorquino, Bill de Blasio, por su política de viviendas. El partido también dio voz a militantes y simpatizantes exdemócratas que ahora apoyan a Trump.

También se sumó Jeff Van Drew, el congresista que abandonó el partido y se pasó a los republicanos tras votar 'No' al juicio político a Trump, el año pasado. "El partido cambió de liberal a radical y está a favor de tener fronteras abiertas y está en contra de la policía y de nuestros derechos individuales", aseguró el congresista, según la transmisión en vivo.

Al igual que McCarthy, el otro republicano más importante en el Congreso y uno de los más influyentes en Washington, el lider de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, participó con un discurso grabado, no en vivo desde un auditorio en la capital, como la mayoría de los oradores. "Esta es una elección muy importante para la clase media estadounidense. Los demócratas quieren decirles cuándo pueden salir de sus casas, cuándo sus hijos pueden ir a las escuelas, cuándo pueden ir a trabajar y hasta cuántas hamburguesas pueden comer", aseguró el senador.

El único miembro de su gabinete que habló hoy fue su secretario de Vivienda, Ben Carson, y fue el único orador en enviar condolencias a Jacob Blake, el hombre negro acribillado por un policía blanco en Wisconsin, y su familia, aunque dijo que los disparos fueron "trágicos episodios aislados". Un poco antes, el asesor de la Casa Blanca, el dirigente negro Ja'Ron Smith, describió un incremento de "la consciencia racial nacional" y aseguró que Trump siente "profunda empatía por las familias" de las víctimas.

El exalcalde de Nueva York y actual abogado de Trump, Rudy Giulani, fue una de las voces más duras. Condenó el asesinato de George Floyd en mayo en Minneapolis y dio una explicación inédita para la situación actual de las protesta antirracistas y los disturbios.

"Por un momento pareció que los demócratas y los republicanos acordaban una propuesta de cambio, pero esto era muy peligroso para la izquierda radical. (...) Por eso, secuestraron las protestas pacíficas y pronto se convirtieron en disturbios, ataques y caos", aseguró el dirigente famoso por su política criminal de tolerancia cero.

"Es claro que un voto por Biden o por los demócratas puede llevar el caos a sus ciudadanos", alertó Giulani y le pidió a Trump: "Haga que Estados Unidos sea seguro de nuevo."