La ola de violencia que se desató en Sudáfrica, con protestas en varias partes del país, se cobró la vida de al menos seis personas con cerca de 219 arrestados, por lo que el Gobierno desplegó al Ejército en las calles. Las movilizaciones empezaron la semana pasada con el descontento social provocado por el encarcelamiento del ex presidente Jacob Zuma, condenado a 15 meses de prisión por desacato.

Fuegos provocados, saqueos a tiendas y pancartas con insignias como "Zuma 100 %" son algunas de las escenas que se han visto por las calles de Sudáfrica estos días. Zuma evitó presentarse ante los tribunales a declarar en una investigación por corrupción. Las manifestaciones comenzaron en KwaZulu-Natal, la provincia natal del político y donde goza de mayor respaldo, indica el sitio France24.com citando cifras de la Policía de aquel país.

"Las circunstancias de estas muertes están bajo investigación. La extensión del daño a la propiedad y los saqueos a negocios se determinará más adelante", indicó la Policía a través de un comunicado. Las autoridades han advertido de que la violencia se está intensificando y que, de momento, no se espera que la situación mejore; por ello han desplegado al Ejército.

En sitios como la carretera de Pietermaritzburg, KwaZulu-Natal, se podía ver humo saliendo de edificios en llamas mientras los objetos de las tiendas robadas yacían esparcidos por el suelo. Ahora, para combatir esta situación, desde la Presidencia y otros organismos públicos se está pidiendo la colaboración de los ciudadanos compartiendo con la policía vídeos de las personas que lleven a cabo saqueos y demás delitos.

La situación se ha visto empeorada luego de que este fin de semana los disturbios se extendieran de KwaZulu-Natal a la provincia de Gauteng, que incluye Johannesburgo, la mayor ciudad de Sudáfrica. De hecho, en esta provincia algunos centros de vacunación de Covid-19 se han visto forzados a cerrar debido a problemas de seguridad.

Jacob Zuma.

Los disturbios se agravaron cuando Zuma impugnó su condena de 15 meses de prisión ante el máximo tribunal del país y los expertos señalan que cualquier enfrentamiento con los soldados alimentaría las afirmaciones de Zuma y sus partidarios de que son víctimas de una represión motivada políticamente por su sucesor, el presidente Cyril Ramaphosa. La crisis social del país también está afectando a su economía, indica el informe.

En declaraciones al canal de televisión 'Enca', la portavoz de la Policía, Mathapelo Peters, aseguró que aunque las protestas hubiesen  comenzado con motivos políticos se habían tornado en una oleada de mera "criminalidad".

"La propiedad ha sido destruida. Automóviles han sido apedreados. Se ha intimidado y amenazado a personas, y algunas incluso han resultado heridas. Estos actos ponen en peligro vidas y dañan nuestros esfuerzos por reconstruir la economía", puntualizó el presidente en una rueda de prensa.

El mandatario también enfatizó que "es motivo de preocupación para todos los sudafricanos que algunos de estos actos de violencia se basen en la movilización étnica", haciendo referencia al pueblo zulú. Se trata del mayor grupo étnico del país y del que procede Jacob Zuma. Sudáfrica atraviesa una tercera ola de Covid-19 y es el país que es el más golpeado por la pandemia de toda África, con cerca de 2,2 millones de contagios y 64.000 muertes desde la aparición del virus.

El encarcelamiento de Zuma es un hecho muy importante y simbólico para la nación porque, además de ser el primer presidente sudafricano que ingresa a prisión, es una de las principales figuras del movimiento de liberación convertido en partido gobernante, el Congreso Nacional Africano (CNA), reporta el informe del canal francés. Ya en la década de los noventa, Zuma había sido encarcelado por defender los derechos de los negros frente a la minoría blanca para que fueran considerados ciudadanos de pleno derecho.