El ministro sirio de Electricidad Ghassan al-Zamil rubricó este martes un acuerdo con la compañía iraní Bimanir mediante el cual prevén rehabilitar la termoeléctrica de Mahardah, ubicada al noroeste de la central provincia de Hama, a unos 250 kilómetros de Damasco (capital).

Se trata de un contrato que contempla la reconstrucción de dicha planta en un periodo de 26 meses, y el cual posee un valor estimado de 99.5 millones de euros, según informó el titular de la cartera energética siria.

Quien añadió que la planta Mahardah, la cual sufrió varios ataques perpetrados por los terroristas que controlaban la región de Hama generaría 576 megavatios, al tiempo que ahondó contarán durante el proceso reconstructivo con el respaldo y supervisión de un equipo especializado encargado de darle seguimiento a las obras.

Pormenorizó el titular del ramo que la totalidad de las plantas destruidas por el terrorismo serán reanimadas mediante pactos similares a este que contemplan la intervención de países amigos como Irán y Rusia, entre otros aliados.

Por su parte, el director de centrales eléctricas de esa nación árabe, Mahmoud Ramadan, detalló que la planta operará una vez reparada al 90 por ciento de su capacidad, como parte de una rehabilitación que comprende el reemplazo o reparación de todos los sectores dañados.

Datos aportados por el Gobierno fijaron en 100.000 millones de dólares las pérdidas directas e indirectas en el ramo energético de una nación que contaba con una capacidad de generación de casi 9.000 megavatios de electricidad, y la cual incluso exportaba energía a países vecinos.

Sin embargo, como consecuencia del conflicto armado actualmente esa se redujo a apenas 2.000 por lo cual la población siria enfrenta una profunda crisis energética, con interrupciones de servicio de hasta 18 horas diarias.

Diferentes acciones ha desplegado el Gobierno sirio en aras de recuperar su economía y fundamentalmente los sectores energético e industrial. A la firma de proyectos similares como la construcción de una central eléctrica en la provincia costera de Latakia, y la reconstrucción de las plantas similares en Alepo y Tishreen, se suman importantes acuerdos de cooperación en dichos campos con la propia Irán, Rusia, Arabia Saudita, y Líbano, entre otros.