Por primera vez en la historia se organizó en Arabia Saudita un torneo de golf femenino, que fue ganado el pasado domingo por la danesa Emily Pedersen , pero la tensión aumentó fuera del campo con acusaciones hacia el reino de utilizar el deporte para "lavar" su imagen, manchada con la sangre de la represión.

Pedersen aventajó a la inglesa Georgia Hall y ganó el cheque de 150.000 dólares ofrecido por el Aramco Saudi Ladies International, en King Abdullah Economic City, cerca de la ciudad occidental de Yeda (oeste), a orillas del Mar Rojo, según informó la agencia judía Ynet.

De todos modos, pese al hecho histórico, Amnistía Internacional y otros grupos que defienden los derechos humanos acusaron a la organización y a los participantes "de ser cómplices en la ocultación de la represión de las voces disidentes en el país, con varias militantes feministas en prisión".

Promotor de la liberación de las mujeres, el príncipe heredero Mohammed bin Salman está acusado de dirigir una política feroz contra toda crítica, pero a la vez busca mejorar la imagen del país para atraer la inversión extranjera.

Estos últimos meses en Arabia Saudita se organizaron varios eventos deportivos: un torneo de equitación, las supercopas del fútbol italiano y español, el rally Dakar y un maratón de 12 días a través del desierto de Arabia, entre otros.

Asimismo, en las últimas semanas Arabia Saudita también anunció la organización de una carrera de la Fórmula 1 en la temporada 2021.

Para Human Rights Watch, estas novedades son bienvenidas pero no suficiente para los ciudadanos del país: "Deberían tener derechos fundamentales como la libertad de expresión o de reunión pacífica", declaró Michael Page, director adjunto para el Medio Oriente de la citada ONG.

Símbolo de la represión contra las feministas, Loujain Al-Hathloul, en huelga de hambre desde hace cerca de un mes, fue arrestada junto a otras militantes en mayo de 2018.