Se cumplen 40 años del atentado contra el papa Juan Pablo II
Ocurrió en la Plaza de San Pedro. Benedetto Nardacci, la histórica voz de Radio Vaticano, seguía en directo la audiencia general cuando le dispararon al Sumo Pontífice. El autor fue un ciudadano turco.
Hace cuarenta años, en la Plaza de San Pedro, Benedetto Nardacci, la histórica voz de Radio Vaticano, seguía en directo la audiencia general cuando la pistola de Mehmet Ali Agca convirtió la fiesta de Juan Pablo II con la gente en un drama, recuerda este jueves Vatican News, el sitio oficial de la Santa Sede católica.
"Un hombre vestido de blanco, de unos 60 años todavía en la plenitud de su vigor físico, levantó y abrazó a una niña de rizos rubios a la que sus padres entregan para que le dé su bendición", señala uno de los relatos oficiales de la historia.
Pero la página del Vaticano centra en el relato radial a esta efeméride porque "a pesar de la conmoción, en la historia de la emisora papal queda la excepcional claridad" de la voz que continuó contando los hechos que sucedían frente a su atónita mirada.
Alessandro De Carolis, autor del artículo resalta un momento culminante de aquella escena completamente inesperada.
"La multitud está toda de pie... La multitud está toda de pie... casi no comentan la trágica escena que han presenciado. Están casi todos en silencio, esperando noticias...", dice en un momento.
A segundos de las 17:17 del 13 de mayo de 1981 en la Plaza de San Pedro, Mehmet Alí Agca, un desconocido, disparó contra el Papa Juan Pablo II quien cayó en brazos de su secretario y fue llevado en ambulancia al hospital.
"Nosotros [...] intentaremos conseguir noticias y dejamos abierto el canal, o mejor dicho, preguntamos a la sala de control si el canal debe permanecer abierto o no. Yo abandono mi puesto un momento y buscaré noticias, voy a intentar averiguar qué ha pasado...", dijo quien era considerada una de las voces más solicitadas en el Vaticano y trabajaba para la radio oficial desde 1956.
Nardacci lo contaba así: "El Santo Padre fue evidentemente, ciertamente herido. Ha sido ciertamente herido, lo vimos tendido en el coche abierto que ha entrado a toda velocidad en el Vaticano...".
"...Sólo hemos visto al Santo Padre primero vacilar, tambalearse y luego caer en los brazos de su secretario, Don Estanislao, y en los de su ayudante de cámara. En ese momento el coche descubierto que transportaba al Santo Padre partió a toda velocidad, pasó entre la gente, entre el horror del pueblo, y entró en el Vaticano por el Arco de las Campanas...", contaba.
La fría crónica del hecho indicaría luego que Mehmet Alì Agca disparó con una pistola Browning calibre 9.
El Papa fue sometido a una compleja intervención quirúrgica en curso en el Hospital Gemelli.
El relator decía, sin saber lo que pasaba en el quirófano: "No sabemos aún la gravedad o no de las heridas sufridas por Juan Pablo II; Juan Pablo II que -repetimos- no ha hecho más que invitar a la pacificación, invitar a la oración...".
En aquel momento, el anuncio del ataque se emitió por los altavoces, sigue la página del Vaticano.
"Yo mismo no encontraba las palabras para describir lo que pasaba", recordaría después el locutor.
"Para quienes han comenzado a escuchar en ese momento, repito que el Santo Padre sufrió un atentado terrorista, ha sido blanco de disparos de arma de fuergo y se desplomó en el coche abierto desde el que ya había estrechado cientos, quizás miles, de manos. El Santo Padre, como decíamos antes, se abandonó siempre con confianza entre la multitud, y nadie podía prever este dramático epílogo de esta audiencia general del 13 de mayo de 1981. En los alrededores de San Pedro -quizá también los escuchen desde el micrófono- se oyen los coches de las fuerzas del orden, la caza del atentador probablemente ya habrá comenzado si el terrorista no ha sido detenido, si no ha sido capturado: esto no puedo decírselos. Estoy sobre uno de los ventanales de la Basílica de San Pedro, así que tengo toda la plaza bajo mis ojos...", decía.
Un comunicado a todas las redacciones llevó después la noticia del atentado.
La misma radiocrónica de Nardacci se emitió con comentarios en varios idiomas en las demás redes de la radio.
El director general de la radio, padre Roberto Tucci, "estaba literalmente acampado en la antesala del quirófano", indica Vatican News.
Desde informó de todo lo que pudo averiguar sobre el estado de Juan Pablo II, Karol Wojtyla, el Papa polaco.
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El Papa Wojtyla nunca faltó a una cita dominical y no lo hizo ni siquiera aquel 17 de mayo de 1981, para el primer Regina Coeli después del atentado, cuando con una voz débil grabada desde su cama de hospital, dijo: "Rezo por el hermano que me ha disparado, al que he perdonado sinceramente. Unido a Cristo, Sacerdote y Víctima, ofrezco mis sufrimientos por la Iglesia y por el mundo".
Así continúa el recuerdo de aquellos hechos.
El 27 de diciembre de 1983, cuando Juan Pablo II, el Papa autor de la encíclica Dives in Misericordia, cruzó el umbral de la cárcel de Rebibbia para entrar en la celda de Alí Agca, y abrazar al joven que quería asesinarle.
Para entonces, aquel Papa católico ya había visitado la Argentina, lo que forma parte de otros capítulos históricos.