Los sistemas de defensa antiaérea rusos reprimieron drones ucranianos que intentaron atacar objetivos civiles en el territorio de Adigueya y Krasnodar, informó este martes el Ministerio de Defensa ruso.

"El 28 de febrero, el régimen de Kiev intentó utilizar drones para atacar por la noche infraestructuras civiles en el territorio de Krasnodar y en la República de Adigueya. Las unidades de guerra electrónica de las Fuerzas Armadas rusas reprimieron los drones. Ambos perdieron el control y se desviaron de su trayectoria de vuelo", declaró el Ministerio.

El organismo precisó que "un dron cayó en el campo y el otro se desvió de su trayectoria y no causó ningún daño a la infraestructura civil atacada". Poco antes, el mismo 28 de febrero, las autoridades locales comunicaron que se detectaron drones en varias provincias del centro y el sur de Rusia.

"Hoy (28 de febrero) las Fuerzas Armadas de la Federación de Rusia derribaron un dron de las Fuerzas Armadas de Ucrania sobre el distrito Surazhski", publicó en su canal en Telegram el gobernador de la provincia rusa de Briansk, Alexandr Bogomaz.

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Por su parte, el jefe de la república rusa de Adigueya, situada en el sur de Rusia, Murat Kumpílov, reportó en su canal de Telegram que un vehículo aéreo desconocido cayó en un poblado local durante la noche.

A su vez, el alcalde de la ciudad de Bélgorod, Valentín Demídov, informó en su cuenta de Telegram que en el centro de la ciudad un dron entró por la ventana de un edificio residencial. Entonces la gente fue evacuada y el territorio está acordonado.

"Los servicios especiales llevan a cabo su trabajo", precisó Demídov al detallar que los restos de otros drones también fueron encontrados en otras dos calles de la ciudad.

Otro dron fue detectado sobre una base petrolera en la ciudad de Tuapsé, en la provincia sureña de Krasnodar, donde se produjo un incendio, comunicó a Sputnik una fuente de los servicios de emergencia.

Desde que Rusia lanzó su operación militar en Ucrania, varias regiones fronterizas, entre ellas Briansk, viven bajo alerta amarilla por amenaza terrorista y reportan periódicamente daños materiales y víctimas civiles por impactos de proyectiles lanzados desde el territorio ucraniano. Los aeropuertos de unas diez ciudades en el centro y el sur de la parte europea de Rusia permanecen cerrados desde el 24 de febrero.