Vladimir Rouvinski, analista ruso: “El futuro del mundo dependerá de cómo termine la guerra en Ucrania”
El experto afirmó que la arquitectura geopolítica que rige desde hace 30 años ha mostrado grietas
Invitado a exponer de manera virtual por el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) el académico ruso-colombiano, Vladimir Rouvinski, aseguró que el mundo "no va a volver a ser el mismo" que era antes de la invasión de Rusia a Ucrania.
Dueño de un currículum notable en el área historiográfica y de relaciones internacionales y experto en los vínculos de la Federación de Rusia con América Latina, se mostró muy preocupado por el día después del fin del conflicto bélico que tiene en vilo al mundo por las implicancias políticas, económicas y militares que traerá el resultado final del conflicto.
Rouvinski realizó en la presentación un repaso de las condiciones que posibilitaron la agresión ordenada por Vladimir Putin.
En el marco de la Tercera Sesión Académica organizada por el Grupo de Estudios Contemporáneos del Espacio Euroasiático del CARI, el experto señaló: “En lopersonal me duele muchísimo lo que está sucediendo ahora y debo hablar con mi hijo, casi cada semana, porque siento una gran culpa por el hecho de ser ruso y observar lo que mi país está haciendo en Ucrania”.
Rouvinski había alertado a comienzos de este año que el conflicto era inevitable. En una columna publicada en el sitio colombiano https://razonpublica.com/ señalaba que, “si analizamos los eventos actuales como parte de un proceso más amplio, veremos que en realidad lo que está pasando no es tan sorprendente, y de hecho, es tal vez, inevitable. En las interpretaciones sobre los hechos históricos se presenta un choque en las narrativas, tanto de los ucranianos como de los rusos, para comprender de donde provienen los pueblos", indicó.
Rouvinski dijo "desde el jardín de infantes y en los dos países, la narrativa que explica de donde proviene cada nación es interpretada de distinta manera".
"En el caso ruso, hay una tradición historiográfica que proviene desde el siglo XIX, que señala que el Estado ruso proviene de la creación de la Rus de Kiev, una federación de tribus eslavas orientales que surgió a fines del siglo IX y finalizó a mediados del XIII, y Kiev es considerada, en la actualidad, la madre de todas las ciudades rusas," explicó.
Por eso, consideró que "si en los colegios rusos enseñan esta tesis desde la más temprana edad, un líder que quiera justificar sus vínculos con el territorio que está ocupando en la actualidad, tiene la mitad del trabajo hecho desde la escolarización de la sociedad".
"Vladimir Putin en el Gran Palacio del Kremlin, declarado patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por lo que no se puede realizar ningún cambio en la edificación, erigió un monumento a Vladimiro I de Kiev. Cada vez que Putin ingresa por las puertas de Borovinsky al Kremlin mira a Vladimiro el príncipe de Kiev”, graficó.
Consultado sobre la narrativa nacional ucraniana, Rouvinski explicó que “es prácticamente todo lo contrario a la explicación rusa"
"Los rusos entienden que los ucranianos están secuestrando toda la simbología que los justifica como nación. Los ucranianos utilizan los mismos símbolos que están utilizando los rusos para demostrar que su estado proviene del imperio de Kiev. Nada tiene que ver Vladimiro I con la nación rusa. Les dicen busquen sus orígenes en otra parte. Este conflicto ya estaba incorporado desde la desaparición de la Unión Soviética”, remarcó.
De esta forma, según planteó, pareciera que los dos países tienen buenas razones para justificar su accionar. Rouvinski señala que “la existencia de estas diferencias permiten tener el respaldo de sus sociedades para soportar causas juzgadas como justas".
"Mientras que los ucranianos defienden su independencia y su nación los rusos buscan defender los territorios que consideran sus orígenes. Lo que no se puede justificar es el uso de la fuerza, de las armas y el hecho de intentar negar el derecho de Ucrania de existir como un país independiente. Reconocido por Rusia en 1991 y en 1994 con el memorándum de Budapest”, señaló.
“En el fondo, la disputa entre Rusia y Ucrania es un conflicto entre Estados Unidos y los países que aceptan y quieren su liderazgo internacional, por un parte, y por la otra, los Estados que han tenido un lugar secundario y anhelan un nuevo orden mundial", indicó el analista
Rouvinski explicó que "Rusia es el líder y protagonista de este segundo grupo" y que "durante décadas, las élites rusas se han sentido ignoradas por Occidente y han concluido que la única manera de hacer sentir su voz es “calentar” las relaciones internacionales".
"Un movimiento o un cambio de percepciones que se tomó en el año 2007 en los discursos de Putin. Como ha dicho el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov: somos muy pacientes, pero nuestra paciencia ha llegado a su fin”, detalló.
Consultado acerca de las motivaciones de las tropas rusas para combatir a un pueblo cercano, el experto en relaciones internacionales, explicó que “cando los militares rusos llegan a Ucrania no encuentran nazis o fascistas como les venden a su pueblo y a sus tropas los funcionarios de Putin"
"Si bien en Ucrania existen grupos de ultra derecha que siempre han sido un problema grave por varias razones en Rusia existe la misma cantidad o posiblemente más de miembros de grupos de ultraderecha cuyos ideólogos son muy cercanos a Vladimir Putin", agregó.
El futuro del gobierno de Putin tras el fin de la guerra
El analista indicó que “Putin hizo cálculos equivocados acerca de lo fácil que sería conquistar el territorio ucraniano" e indicó que "se trata de una situación que está demostrando graves problemas en las fuerzas terrestres incluso para luchar con armas convencionales".
Además planteó que el líder ruso "tiene problemas en el mundo económico porque pensó que Europa no iba a tomar las sanciones drásticas que ha adoptado".
"En este caso, la política europea primó por sobre la economía y no fue al revés. Es un error de análisis de Vladimir Putin” aseguró.
Rouvinski dijo que la guerra "en términos de popularidad lo puede afectar mucho".
"Antes de la guerra había conseguido obtener un referéndum para los cambios en la Constitución y estaba disfrutando un nivel de popularidad bastante amplio. Su poder político no estaba amenazado pero con todo lo que está pasando ahora en términos de popularidad puede llegar a tener problemas en el corto plazo", explicó.
En ese sentido, detalló que "no hay formas de saber cuánta gente está apoyando esta invasión" ya que "no hay encuestadoras independientes y la gente se siente con miedo como para contestar de manera honesta".
"Creo que existe un sector bastante importante de la sociedad rusa que apoya, de manera decidida, a Putin porque encarna esta mirada de la cosmovisión rusa y de su influencia de manera muy sincera pero, también, existe otra porción de la población que está muy preocupada con lo que está pasando y se nota en la gran cantidad de gente que se está yendo de Rusia", explicó.
Rouvinski sostuvo que "hay muchos trabajadores calificados que están siendo reclutados en el exterior en particular en el área de las nuevas tecnologías" mientras que "hay otro grupo de personas que vivieron durante la etapa de la Unión Soviética y tienen miedo de hablar en público".
Explicó que "Putin ha encarcelado más de 18.000 personas que protestaban, en su mayoría jóvenes y ha puesto penas de prisión de hasta 15 años para el que exprese su descontento con la guerra lo que demuestra que Putin no está seguro de lo que va a pasar con su poder en el futuro próximo”.
Rouvinski dijo que "Putin debería saber que ya no será posible transformar a su vecino en una marioneta, debido a las armas que han llegado a Ucrania".
"El gobierno ruso debe tener muy claro que no hay forma de transformar a Ucrania en un país títere, e incluso que si llegan a tener control, va a haber una guerra de guerrillas. Hay armas modernas que están llegando allá y van a hacer mucho daño a las fuerzas rusas y esto sucede porque Rusia no es la Unión Soviética" agregó.
Al respecto, precisó que "la URSS gastaba 25% de su PIB para la guerra, y la Federación de Rusia, no, y Putin enfrenta una situación dramática donde todo lo que pensaba sobre la facilidad de ganar la guerra en Ucrania ha fracasado”.