Comenzó una nueva ronda negociaciones con sede en Turquía en donde los líderes rusos y ucranianos se sientan a dialogar para llegar a un acuerdo de paz. En esta oportunidad, se pudo observar que el magnate ruso, Roman Abramovich, se encontraba en la ronda luego de la confirmación de síntomas compatibles a un envenenamiento en una de las reuniones anteriores.

El magnate es una pieza clave en las negociaciones, ya que se instaló como un líder que busca alcanzar la paz entre ambas naciones. Pese a su cercanía con Vladimir Putin, Ucrania solicitó que Abramovich no sea incluido en la lista de magnates con restricciones y sanciones de Washington, ya que se encuentra en una posición firme de ayudar a los ucranianos para finalizar con la guerra y dialogar con Rusia para cesar los ataques.

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Este lunes, Wall Street informó que Roman Abramovich y dos delegados ucranianos habían padecido síntomas de envenenamiento luego de la última reunión de negociaciones en Kiev. Los medios indicaron que los tres sufrieron ojos enrojecidos, lagrimeo constante y molesto y descamación en la piel de las manos y la cara.

Aun así, los médicos señalaron que sus vidas no corrían peligro, y que su salud fue evolucionando favorablemente con el paso de los días sin sufrir mayores complicaciones. “Perdió la visión durante varias horas”, manifestaron fuentes cercanas al magnate.

Según investigadores alemanes, el envenenamiento de Rusia a delegados ucranianos fue solo una advertencia: “No buscaron matar, fue solo una advertencia para no traicionar a Vladimir Putin”.

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“La dosis no fue lo suficientemente alta como para matar a ninguno de los tres, el objetivo más probable habría sido Abramovich. Y tiene sentido. Quiero decir, él se ofreció como voluntario para desempeñar este papel de intermediario honesto, pero otros oligarcas habían declarado cierta independencia de la posición del Kremlin y criticado la guerra. Por lo tanto, bien podría verse como una señal de advertencia para que no se unan a las filas de los que disienten y no sean demasiado intermediarios honestos”, señaló el investigador principal Christo Grozev.