Los intensos combates continuaban este viernes en la planta industrial de Azovstal, donde la resistencia se rehúsa a rendirse en un intento desesperado por impedir que Rusia declare su victoria total en la ciudad.

Así lo informaba la prensa europea, en medio de versiones según las cuales Kiev solicitó que se evacue a los militares que están allí.

Los bombardeos contra la acería aumentaron, mientras que los separatistas respaldados por Moscú informaron que retiraron varias señales de tránsito de la ciudad escritas en ucraniano, las que fueron reemplazadas por otras en idioma ruso.

El Kremlin señaló este 6 de mayo que “ya llegará el momento de celebrar el Día de la Victoria en Mariúpol” y Kiev sospecha que sería el 9 de mayo, día que conmemora el triunfo de las fuerzas soviéticas sobre las nazis de Adolf Hitler.

El Ministerio para la Reintegración de los Territorios Ocupados Temporalmente de Ucrania informó que escribió a la organización Médicos Sin Fronteras para pedir su ayuda para evacuar a los militares que resisten en la fábrica de acero Azovstal, en Mariúpol.

Asimismo, Kiev le pidió a la organización que reúna evidencias sobre las condiciones físicas y mentales en que se encuentran los combatientes en el lugar y brinde asistencia médica a todas las personas en la planta.

Son "ucranianos cuyos derechos humanos han sido violados por la federación rusa", señala el ministerio.

En medio de algunas evacuaciones de civiles del lugar, las preocupaciones también aumentan sobre el destino de los militares de Ucrania, muchos de ellos heridos al interior y con escasez de medicinas y alimentos.

Derechos Humanos

Por otra parte y tras una investigación, la organización de derechos humanos Amnistía Internacional presentó un informe en el que asegura que hay pruebas convincentes de que el Ejército ruso cometió crímenes de guerra, incluidas ejecuciones extrajudiciales de civiles, cuando ocuparon un área en las afueras de la capital de Ucrania en febrero y marzo.

La ONG afirma que los civiles también sufrieron abusos como "disparos imprudentes y torturas" a manos de las fuerzas rusas durante su ataque fallido a Kiev, en las primeras etapas de la invasión lanzada por el Kremlin el pasado 24 de febrero.

“Estos no son incidentes aislados. Son una parte muy importante de un patrón donde las fuerzas rusas tenían el control de un pueblo o una aldea”, aseguró Donatella Rovera, asesora principal de respuesta de crisis de Amnistía, en una conferencia de prensa en Kiev.

La información recopilada por el grupo "puede usarse, con suerte, para hacer que los perpetradores rindan cuentas, si no hoy, algún día en el futuro", agregó la funcionaria.

Las autoridades ucranianas afirman que se encuentran investigando más de 9.000 posibles crímenes de guerra cometidos por las tropas de Vladimir Putin, según informaciones del sitio France 24.

La Corte Penal Internacional también adelanta por separado una pesquisa sobre este asunto pero Moscú, que llama a la guerra “operación militar especial”, insiste en negar las acusaciones.

Moscú critica a Occidente por prolongar el conflicto 

Aunque los países occidentales pidan un cese pronto de las hostilidades en Ucrania, "están haciendo todo lo posible para evitarlo" con sus acciones, aseguró este viernes un diplomático ruso.

Las entregas de armas a Ucrania están aumentando y sólo los Estados Unidos ha enviado productos militares por valor de 3.800 millones de dólares, comentó en rueda de prensa Alexei Zaitsev, subdirector del Departamento de Información y Prensa del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia.

Los suministros militares de los países occidentales prolongarán las hostilidades, causarán nueva destrucción de infraestructura civil y costarán más vidas, dijo.

En este contexto, las conversaciones de paz entre Rusia y Ucrania están "en un estado de estancamiento", afirmó Zaitsev, según la agencia Xinhua.

Por otra parte, el diplomático negó la acusación de que Rusia podría usar armas nucleares durante su operación militar especial en Ucrania y calificó a tal especulación como una "mentira deliberada".

Rusia se adhiere firmemente al principio de que "no puede haber ganadores en una guerra nuclear, y que no debe desencadenarse", añadió Zaitsev.