Reapertura simultánea de los juicios a terroristas islámicos por los atentados del 11S y París 2015
Estados Unidos retomó en la cárcel de Guantánamo el proceso judicial contra el presunto cerebro del ataque a las torres gemelas y en Francia compareció el principal acusado por los atentados de hace seis años en la capital francesa.
A días de conmemorarse el 20º aniversario del fatídico 11S y apenas evacuados los últimos contingentes que aguardaban salir de Afganistán tras la caótica retirada de la ocupación norteamericana y de los aliados, esta semana se retomaron en Guantánamo y en París las audiencias que involucran a los principales terroristas que perpetraron cruentos atentados a objetivos occidentales: Khalid Sheik Mohammed, el de Manhattan, y Salah Abdeslam, el parisino.
Luego de estar más de un año en suspenso por la pandemia de Covid-19, el Departamento estadounidense de Defensa confirmó la reanudación el martes, en la prisión de Guantánamo (Cuba), de las sesiones previas al juicio del considerado cerebro del 11-S, Khalid Shaikh Mohammed, y otros cuatro acusados, a las que se permite que asistan los familiares de las víctimas, y que se prolongarán hasta el 17 de septiembre.
Los cinco encausados se enfrentan a la pena de muerte, de acuerdo con el desarrollo previsto para esta nueva comparecencia, en la que inclusive la defensa planteó ante el tribunal que las pruebas presentadas por el gobierno de EEUU están teñidas por la tortura a la que fueron sometidos mientras estuvieron bajo custodia de la CIA.
Aún así, el juicio en contra de cinco hombres acusados de participar en la planificación de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, que causaron cerca de 3.000 muertes, avanza en las comisiones militares de la bahía de Guantánamo.
Las sesiones cuentan con un nuevo juez, el coronel de la Fuerza Aérea Matthew McCall, al frente de una corte de alta seguridad en la base naval estadounidense en territorio cubano.
El presidente de EEUU, Joe Biden, quien no goza precisamente de las simpatías de los familiares, les prometió la desclasificación de los documentos recopilados por el FBI durante la investigación, los cuales podrían ser aprovechados en causas judiciales contra el gobierno de Arabia, por su presunta responsabilidad en los atentados.
París 2015
En Francia, en tanto, el principal de los acusados que comparecen en el juicio por los atentados del 13 de noviembre de 2015 en París y Saint-Denis, Salah Abdeslam, se declaró al comienzo de la audiencia como un "combatiente del Estado Islámico".
Las tres jornadas del proceso de esta semana se dedican a la presentación de los encausados y a la organización de las audiencias, con la convocatoria de las víctimas que se han constituido en acusación particular (lo han hecho ya 1.800) y las que todavía lo podrían hacer.
También a la lectura del resumen de un sumario en el que se acumularon 542 tomos con alrededor de un millón de páginas.
El Bataolan en Francia, foto Reuters.
Recién el lunes próximo comparecerán los primeros testigos, investigadores de la policía y de los servicios antiterroristas.
Durante cinco semanas se sucederán los testimonios de sobrevivientes antes de que, en noviembre, den cuenta de su actuación responsables políticos, empezando por el entonces presidente del país, François Hollande, y el que era su ministro del Interior, Bernard Cazeneuve.
En diciembre será el turno de familiares de algunos de los terroristas que se suicidaron mientras cometían los ataques o que fueron abatidos por las fuerzas del orden.
Entre enero y marzo llegará el de los que van a declarar durante estos nueve meses ante el tribunal, incluido Salah Abdeslam, el que despierta más atención porque es el único miembro de los comandos que sigue con vida.
Estarán ausentes otros seis, cinco de los cuales se presume que están muertos, como Oussama Atar, que es quien los instructores consideran que ordenó los atentados y el único que, en consecuencia, está inculpado por el cargo de dirección de una organización terrorista.
Arthur Denouveaux, presidente de Life for Peace, una de las asociaciones de víctimas de estos ataques, explicó a la prensa justo antes del inicio de la audiencia, cuáles son sus expectativas.
"Espero —dijo— que una justicia francesa normal llegue a responder a un acto de los más abominables, de los más anormales posibles. Eso sería una respuesta de nuestra democracia al terrorismo", afirmó.
El máximo responsable, Oussama Atar, se presume muerto desde 2017 en un bombardeo de la coalición internacional que opera en Siria e Irak contra el Estado Islámico. Se estaría enfrentando, teóricamente, a una pena de cadena perpetua.
También podría caerles esa condena a otros 10 acusados. El sirio Omar Darif es el único acusado que en principio está vivo y no está a disposición del tribunal, en un juicio que difícilmente podrá cubrir todas las esperanzas que depositaron las víctimas y sus familiares.
Combatiente islámico
Cuando en la víspera el presidente del tribunal, Jean-Louis Periès, le preguntó al joven franco-marroquí Abdeslam cuál era su profesión, respondió que había abandonado todo trabajo "para convertirme en combatiente del Estado Islámico".
Previamente, cuando el juez le había indicado que se levantara para dar su identidad, el único superviviente de los comandos que perpetraron los atentados señaló que antes que nada quería decir que "no hay más Dios que Alá, y Mahoma es su profeta".
Abdeslam, de 31 años, fue el primero de los 14 acusados presentes en el Tribunal de lo Criminal de París (hay otros seis juzgados en rebeldía, cinco de los cuales se cree que están muertos) en ser interrogado sobre su identidad, sobre la que se negó a dar los nombres de sus padres cuando fue interrogado por el presidente.
Había logrado escapar de París horas después de que se perpetraran las masacres de la sala Bataclan, de seis terrazas de la ciudad y del Estadio de Francia y no pudo ser arrestado hasta marzo de 2016 en Bruselas.
Por los delitos en los que está imputado podría ser condenado a cadena perpetua.
Una vez presentados los 14 acusados presentes en la sala —11 se encuentran encarcelados, tres de ellos comparecen libres—, Periès tomó la palabra para decir que este es un proceso "histórico" por "la intensidad dramática" de los hechos que se juzgan y por su magnitud.
Sobre todo, quiso insistir en que "nuestro Tribunal de lo Criminal tiene como misión examinar las inculpaciones de los acusados" y "sacar todas las consecuencias desde el punto de vista penal", pero no ir más allá.
Reiteró que hay que "mantener la dignidad de la justicia".
Estreno de sala
Una sala de audiencias especial con capacidad para 550 personas, en la que excepcionalmente se grabará para la historia todo el proceso (la toma de imágenes está estrictamente prohibidas en los juicios en Francia), fue construida para este evento judicial.
A eso se añade una sala de retransmisión para la prensa (hay 141 medios acreditados) y otras 11 para las partes civiles, lo que significa que unas 2.000 personas podrán seguir en directo los debates en el interior del Palacio de Justicia.
Además, se creó una radio web para que las víctimas y sus familiares, con unos códigos confidenciales, puedan escucharlos desde cualquier sitio.
En torno al edificio se han establecido unas medidas de seguridad draconianas porque los servicios secretos consideran que el riesgo terrorista sigue siendo elevado en el país.