La ciudadela inca de Machu Picchu, una de las mayores atracciones turísticas de América del Sur, reabrió a los visitantes en Perú el miércoles después de varias semanas de cierre debido a disturbios civiles.

Las protestas provocadas por el derrocamiento y encarcelamiento del expresidente peruano Pedro Castillo en diciembre dejaron a los viajeros varados en los Andes y llevaron a las autoridades a evacuar Machu Picchu y detener los trenes que circulan entre el sitio y la ciudad de Cusco.

Aunque las protestas y los bloqueos de carreteras, que se han concentrado en el sur de Perú, continúan, en los últimos días hubo relativa calma.

La reapertura se dio luego de un acuerdo entre empresas turísticas, autoridades y líderes comunitarios para garantizar la seguridad en el sitio y los servicios de transporte.

Para los visitantes de la Argentina en sus vacaciones de verano, el momento de la reapertura fue una suerte, subrayó la agencia de noticias Reuters.

"Lo teníamos todo organizado. Estábamos muy preocupados de no poder venir. Llegamos a Cusco el 13 de febrero y abrieron el 15 de febrero. Fue una sorpresa agradable", comentó una mujer que dejó su nombre a resguardo.

La ciudadela de montaña de Machu Picchu fue construida en el siglo XV, probablemente para un emperador inca. Fue abandonado en la época de la conquista española y redescubierto en 1911 por el explorador estadounidense Hiram Bingham.