Por considerar que no hacen lo suficiente para frenar el discurso de odio, Facebook y otras redes sociales están siendo castigadas con lo que más las golpea: sus ingresos por pauta publicitaria.

La indignación en los Estados Unidos por la muerte del afroamericano George Floyd ha provocado una reacción sin precedentes por parte de las empresas de todo el mundo.

Su impacto se ha sentido más allá de las fronteras estadounidenses. Unilever, por ejemplo, cambió el nombre de un popular producto para aclarar la piel en India llamado "Fair and Lovely", eliminando la palabra "Fair".

Muchas otras compañías también intentan apartarse de prácticas racistas, y por eso su estrategia va más allá y ahora incluye retirar la pauta publicitaria de redes sociales.

Grandes multinacionales como Unilever, Starbucks, Diageo, Coca-Cola y PepsiCo, entre otras, se unieron a la campaña "Stop hate for profit", que se originó tras la muerte del afroamericano George Floyd y que en menos de dos semanas ha captado a por lo menos 160 compañías.

Se trata de un castigo de grandes proporciones: de los 70.697 millones de dólares en ingresos que recibió la compañía de redes sociales más grande del mundo en 2019, el 98% o 69.655 millones de dólares, correspondió a publicidad, de acuerdo con los informes financieros presentados a sus inversionistas.

La sanción, no solo económica, sino reputacional, hizo que la multinacional fundada por Mark Zuckerberg perdiera al menos 45.000 millones de dólares de su valor en la Bolsa de Nueva York en apenas dos jornadas bursátiles.

Mientras que el viernes cerró con una caída del 8,3%, este lunes recuperó un 2,11% en Wall Street, después de reconocer que que todavía tiene mucho por hacer para ayudar a combatir este flagelo, según apunta France24.com