El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, confirmó que Bielorrusia recibirá el segundo tramo de un paquete de créditos por 500 millones de dólares (más de 410 millones de euros), según lo acordado el viernes en la ciudad de Sochi, en el Cáucaso ruso, entre el presidente de su país, Vladimir Putin, y su par bielorruso, Aleksandr Lukashenko.

Si bien es cierto que el financiamiento había sido decidido hace más de dos meses, este encuentro, tras el cual se concretó el desembolso, tuvo la particularidad de ser posterior al polémico aterrizaje en Minsk del avión de Ryanair, en el que viajaban el periodista Román Protasevich y su novia Sofia Sapega, para que éstos pudieran ser detenidos antes de arribar a su exilio en Lituania.

En la práctica, el gesto de respaldo dado por Putin significa un aval a ese procedimiento, en momentos en que la Unión Europea viene protestando airadamente contra Lukashenko y el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, redobló la presión sobre Bielorrusia para exigir la liberación de ambos opositores.

El parte oficial suscripto por Peskov subraya que en la reunión entre los mandatarios hubo dos temas principales, "el mayor desarrollo de la cooperación comercial y económica entre Rusia y Bielorrusia, así como la lucha contra la pandemia", sin que se presentara "ninguna solicitud de ayuda adicional".

Transición democrática

Paralelamente, la Comisión Europea presentó el viernes un plan para apoyar la transición democrática en Bielorrusia, con el cual quiere movilizar hasta 3.000 millones en ayudas, pero que se activará a condición de que el país avance en la senda democrática.

La propuesta estaba en línea con el acuerdo de los líderes de los Veintisiete, el pasado otoño, para un paquete de apoyo a la oposición bielorrusa y su lucha por la democracia en el país.

En la reunión con Putin, según la versión oficial, el jefe de Estado bielorruso mostró su malestar por los "intentos" externos de llevar a su país hasta los niveles de crisis registrados tras las elecciones de agosto 2020".

Cuando hablaron el pasado 22 de febrero, también en la ciudad balnearia rusa de Sochi, a orillas del mar Negro, y luego de nuevo en Moscú, el tema central que trascendió fue la permanentemente aplazada creación del ‘Estado unitario’ ruso-bielorruso, sobre las protestas del año pasado en Minsk y otras ciudades bielorrusas y también acerca del supuesto intento de golpe de Estado que Lukashenko asegura haber desarticulado.

Presión redoblada

El presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, insistió en reclamar la liberación del periodista Román Protasevich y su novia Sofia Sapega, detenidos tras el aterrizaje del avión por las autoridades bielorrusas: "Mantendremos la atención y la presión y esperamos que esto conduzca a la liberación de ambos", sostuvo en declaraciones al grupo mediático alemán Funke, así como ha calificado la reacción de la UE ante esta crisis de "fuerte y unificada", según DPA.

Sassoli propuso esta semana que los aeropuertos de los Estados miembro de la Unión Europea se llenen con fotos del periodista tras el acuerdo de líderes para avanzar en las sanciones contra el régimen de Alexander Lukashenko y limitar el uso del espacio aéreo bielorruso.