Una mayoría de puertorriqueños manifestó el martes en las urnas un deseo de incorporarse a Estados Unidos como un estado. Lo hizo a través de un plebiscito no vinculante en el que participó tan solo la mitad del electorado (50,1 %). El 52,3 % de los votantes se manifestó a favor de convertir a Puerto Rico en el estado número 51 del país norteamericano, mientras un 47,6 % votó en contra.

Las cifras arrojan un importante descenso en el apoyo a la estadidad de este territorio, que en 2017 fue prácticamente unánime, con un 97 % por ciento de los votos, aunque la participación en aquel momento no llegó al 25%.

Esta es la sexta consulta que se realiza a la población de Puerto Rico sobre su estatus territorial con respecto a los EEUU, tras las cinco ya celebradas en 1967, 1993, 1998, 2012 y 2017. Ninguna de ellas sirivió para que Washington revise la cuestión.

"El pueblo de Puerto Rico aquilató lo importante que es el asunto de la estadidad. El resultado es un mandato contundente y desde ya, voy a moverlo en Washington", afirmó la comisionada residente, Jenniffer González, que revalidó su cargo.

En la jornada electoral que acogió esta votación también se convocó a los puertorriqueños para elegir a su gobernador, a los legisladores de ambas cámaras y a los alcaldes de sus 78 municipios.

A falta de agotar completamente el recuento de las papeletas, el candidato Pedro Pierluisi, del Partido Nuevo Progresista (PNP), se perfila como nuevo gobernador de Puerto Rico.

La hasta ahora gobernadora, Wanda Vázquez, de la misma formación política, ya lo felicitó, a pesar de que desde la Comisión Estatal de Elecciones (CEE) advierten de que su victoria no es aún oficial.

La isla caribeña es actualmente un territorio no incorporado a los EEUU que mantiene su estatus de Estado Libre Asociado.

Puerto Rico cuenta con su propia Constitución local, con un gobernador y un Poder Legislativo propio, aunque regido en última instancia por el Congreso estadounidense. Asimismo, sus ciudadanos tienen pasaporte norteamericano.

Los puertorriqueños, sin embargo, no pueden participar en las elecciones presidenciales de EEUU.