Es la primera vez desde que Joe Biden asumió la presidencia de EEUU que se concreta una reunión oficial de alto nivel diplomático entre representantes de ambas potencias a fin de retomar la agenda del conflicto comercial que mantienen desde 2018.

Aunque en forma virtual e introductoria, este jueves se vieron las caras la responsable comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, hija de inmigrantes que llegaron de Taiwán, y el viceprimer ministro chino, Liu He, con el propósito de "discutir la importancia de la relación comercial entre Estados Unidos y China", según un portavoz de la Casa Blanca.

Destacaron la sinceridad del intercambio de posiciones manifestado y el “interés” con el que esperan un próximo encuentro, pese a que no estuvo ajena la tensión que introdujo el cuestionamiento, por parte de la Administración Biden, sobre el origen del coronavirus y la orden para que haya un informe dentro de 90 días, aclarando si es de un animal o procede de un laboratorio.

La acusación provocó un airado reclamo de la embajada china en la capital de EEUU, la que la calificó de manipulación política y juego de culpas por parte de quienes reavivan la teoría de que el Covid-19 se originó en un laboratorio de Wuhan, ya que “ignoran la urgente necesidad de su pueblo de combatir la pandemia y la demanda internacional de cooperación en este frente, que ha provocado una trágica pérdida de muchas vidas”, destacó un portavoz diplomático. 

Fuga del laboratorio

La legación china denuncia en su comunicado que “la campaña de difamación y culpabilización está regresando, y la teoría de la conspiración de la 'fuga del laboratorio' está resurgiendo”.

China advirtió además a Estados Unidos que “politizar” el origen de la pandemia creará “obstáculos” en próximas investigaciones sobre el virus y en sus relaciones, “justo el día en que los dos países han retomado unas estancadas negociaciones comerciales”.

Precisamente, al encarar estas conversaciones, Tai defendió "los principios rectores de la política comercial centrada en los trabajadores" del Gobierno de Biden, así como la revisión en curso de la relación comercial entre Estados Unidos y China y el planteo de otras "cuestiones de preocupación". 

El Ministerio de Comercio de Beijing, a través de un comunicado, evaluó la reunión como "sincera, pragmática y constructiva", desarrollada "en una actitud de igualdad y respeto mutuo", según precisó.

Ambos acordaron "seguir comunicándose".

La guerra comercial con EEUU provocó en 2019 una caída de los intercambios de China con ese país del 10,7 %, cifra que remontó en 2020 -se elevaron un 8,8 %- gracias al acuerdo comercial parcial al que llegaron ambas potencias el año pasado.

La llegada de Joe Biden a la Casa Blanca supuso una renegociación de los términos, en especial porque los objetivos no se pudieron cumplir completamente debido al efecto Covid.

Pese a ello, aumentaron más las ventas de productos estadounidenses a China, 10,3 % superiores a las de 2019, que la llegada de productos chinos al país norteamericano (+8 %).

De todos modos, las bases comparativas siguen sin estar equilibradas, ya que las exportaciones del país asiático al norteamericano todavía superan el 77 % del total de intercambios.

El ministro de Exteriores chino, Wang Yi, había pedido a EEUU que elimine los aranceles que impuso a los productos chinos y levante las sanciones sobre empresas e instituciones chinas para mejorar las relaciones, maltrechas durante la era del expresidente Donald Trump.

Los lazos entre ambos se deterioraron enormemente, a punto tal que los dos países viven uno de sus peores momentos desde que establecieron relaciones en 1979.

Aparte de la imposición mutua de aranceles comerciales, se suma la inclusión de empresas chinas en la lista del Departamento de Defensa de EEUU, acusadas de estar controladas por el Ejército chino, o los reproches a cuenta del origen del coronavirus, de la ley de seguridad china para Hong Kong o por la situación de los derechos humanos de la minoría uigur en la región occidental china de Xinjiang.