El nombramiento de Najla Bouden Romdhane, de 63 años, geóloga de formación, que ocupaba el puesto de directora general del proyecto "Promesa", con el objetivo de modernizar la educación superior, se produce en un momento en el que el ejercicio en solitario del poder por parte del Presidente Kais Saied había suscitado muchas preocupaciones en la comunidad internacional y en la sociedad civil tunecina.

Saied insistió repetidamente en el carácter "histórico" de la designación de una mujer por primera vez al frente del gobierno en Túnez. "Es un honor para Túnez y un homenaje a las mujeres tunecinas", añadió.

El comunicado dado a conocer por la Presidencia explicó que la decisión se enmarca dentro de las medidas excepcionales anunciadas el pasado 22 de septiembre, que incluyen la suspensión de la casi totalidad de la Constitución de 2014 y, por lo tanto, se arroga el poder legislativo y ejecutivo.

El pasado 25 de julio el mandatario había destituido al primer ministro, suspendido la Asamblea y la inmunidad parlamentaria de sus 217 miembros, con lo que desató un terremoto político que deberá subsanar con la formación de un nuevo Gobierno "lo antes posible".

Esta misión requerirá que la ex funcionaria del Departamento de Educación Superior e Investigación Científica se lleve perfectamente con el presidente tunecino, quien dejó en claro que la jefa de gobierno estará estrechamente bajo su mando.

El mandatario ejerce el poder en forma absoluta desde que decretó el Estado de excepción de manera indefinida y se atribuyó plenos poderes invocando la aplicación del artículo 80 de la Constitución, que le permite asumir poderes excepcionales en caso de "amenaza" para el país.

La iniciativa fue calificada por la mayoría de formaciones como "golpe de Estado" mientras que otras consideraron que se trata de una "rectificación" de la revolución de 2011 que puso fin a las dos décadas de dictadura de Zine El Abidine Ben Ali.