El mundo es azotado por la enorme expansión de la variante Ómicron, que significa un aumento de casos nunca antes visto en la mayoría de los países europeos. Uno de los lugares más afectados es Francia, en donde por primera vez, desde el inicio de la pandemia, el sábado navideño superó los 100 mil casos y día tras día se confirman números similares.

Pese a que tiene casi un 80% de personas con dos dosis y un 30% con dosis de refuerzo los contagios no dejan de ceder y esto generó que el gobierno de Emmanuel Macron tuviera que imponer nuevas restricciones. El primer ministro, Jean Castex, anunció este lunes la imposición del teletrabajo al menos tres días a la semana, así como adelantar la dosis de recuerdo de cinco a tres meses tras las primeras dos inyecciones.

Entre el 17 y el 23 de diciembre se contabilizaron 712,2 infecciones por cada 100.000 habitantes, un 33,5% más que la semana anterior. Pero como sucede en muchos de los países el buen número de vacunados permitió que no haya un aumento en los decesos y tampoco en la ocupación de camas UTI que creció levemente hasta las cerca de 3.300, aún lejos del pico de 7.000 de abril de 2020.

A su vez indicó que se modificará las restricciones para los no vacunados. En este sentido a partir del 15 de enero de 2022 deberán presentar una inoculación para poder ir a cines, teatros, museos, transportes, cafés e instalaciones deportivas. También se endurecerán las multas para aquellos que falsifiquen el pase sanitario impuesto. Esta quinta ola también generó que los médicos soliciten que no inicien las clases presenciales y que haya un corte en la circulación diaria de personas.

Pero otro de los países europeos que preocupa su situación es Reino Unido en donde hace casi una semana los casos diarios rondan por arriba de los 100 mil. Pese a que este lunes hubo más de 98 mil casosel gobierno británico aseguró que no habrá restricciones antes de fin de año.

Antes de que se desate esta quinta ola, Boris Johnson había señalado que el país se preparaba para afrontar el covid como un virus más, ya que era imposible imponer restricciones tan duras como en marzo de 2020.

En cambio, las autoridades de Escocia e Irlanda del Norte endurecieron las restricciones y desde este lunes el servicio en barra en bares y restaurantes está prohibido y se ha reintroducido la obligatoriedad de guardar la distancia física en múltiples instalaciones. Asimismo, las autoridades han cerrado las discotecas en ambas regiones, así como en Gales.