Perú: el sufrimiento de la primera mujer trans e indígena lanzada a la política
Es joven. Denuncia transfobia. Ejerció la prostitución para sustentarse. Lleva propuestas. Pero dice que cuestionan sus "genitales".
Gahela Tseneg Cari Contreras es una mujer peruana que se postula para diputada como representante de la comunidad aborigen pero también de las personas trans. Y en ese par de características distintivas ha sufrido mucho, según confiesa en una entrevista.
Cari Contreras está en campaña para en las elecciones del próximo 11 de abril en Perú, que elegirán a los 130 integrantes del Congreso, al presidente y vicepresidentes del país.
Gahela no la ha tenido fácil, ni en su vida ni en la campaña por conseguir un escaño en el Parlamento, al que se postula por segunda vez, subraya el sitio actualidad.rt.com en una extensa entrevista.
Ya se presentó en enero de 2020.
Cari Contreras se define como migrante, animalista, ambientalista y afroandina.
Es originaria de la sierra del departamento de Ica, en el centro oeste de Perú. Y es la cuarta de seis hermanos, de una familia de campesinos agricultores.
"Desde muy pequeña me he dedicado a la agricultura familiar, he vivido en carne propia las consecuencias de la desigualdad, de la corrupción, de la violencia, de la explotación", cuenta la joven, ahora de 28 años, en una entrevista con RT que suscribe Edgar Romero G.
En el hogar que creció hubo muchas carencias económicas. "Lo poquito que había en la casa estaba destinado a la educación, a la salud y a la alimentación", menciona e indica que, incluso, aún en edad temprana trabajó para agroexportadoras, que tilda de "agroexplotadoras".
Gahela dice que muy poca gente del campo peruano puede seguir sus estudios superiores en una universidad o un instituto tecnológico.
Ella logró estudiar Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Nacional San Luis Gonzaga de Ica y Administración de Empresas en el Instituto de Educación Superior Tecnológico Público Catalina Buendía de Pecho, en la misma entidad.
Durante la última etapa de su vida universitaria hizo su transición a mujer.
Y eso trajo como consecuencia, denuncia Gahela, que la Universidad Nacional San Luis Gonzaga no le haya entregado, hasta ahora, su título como egresada de Derecho y Ciencias Políticas.
"Me lo ha negado solo por negarme a cortarme el cabello o a usar prendas asociadas a lo masculino, ellos quieren obligarme a que yo vuelva a lucir como estaba, como cuando ingresé a la universidad", explica.
Esa negativa, dice Gahela, viola su derecho a la educación, al trabajo, a la alimentación e, incluso, a la vivienda: "Si yo no puedo sacar mis documentos, mis oportunidades para poder acceder a un empleo formal se reducen; si yo no puedo trabajar, tampoco puedo cubrir mis otras necesidades o garantizar mis otros derechos".
Esa transfobia en el ámbito universitario la ha sufrido desde antes, incluso en la etapa previa a su proceso de transición como mujer.
De pequeña, en el colegio, ese afán por ser la mejor estudiante estaba asociado justamente a su lucha contra la discriminación.
"Sufría de transfobia en las escuelas, yo aguantaba la orina para no tener que ir a los baños, porque cada vez que iba a los baños sufría de abuso sexual y entendí que cada vez que yo sacaba buenas notas se contentaban mis padres, se contentaban los docentes; así que yo me refugié en los libros, me refugié en la biblioteca, me refugié en el estudio y eso ayudó muchísimo", comenta.
A la transfobia, se le suma el racismo, puesto que, además, es discriminada por ser indígena.
Estos ataques la han acompañado constantemente: "Ha sido bastante complejo tener que lidiar con ese tipo de situaciones".
Para sustentarse económicamente, Gahela ha trabajado en muchas áreas, atendiendo billares, restaurantes y hoteles, animando eventos, decorando lugares para fiestas.
"Siempre terminaba con hostigamiento o acoso laboral, siempre me botaban sin pagarme o pagándome menos de lo que debían; era una constante, los espacios laborales están cargados de violencia y de transfobia, de racismo", enfatiza.
También ejerció la prostitución. "No es cierto que las personas trans se dediquen a la prostitución porque es fácil o porque les de la gana, sino porque se nos cierra la mayoría de los puestos laborales; y cuando se nos brinda una oportunidad laboral se nos condiciona a ser objetos sexuales también dentro de esos espacios laborales, se condiciona al uso de nuestros cuerpos nuestra permanencia dentro de esos espacios laborales", explica.
Según el estudio 'La Transfobia en América Latina y el Caribe' de La Red Latinoamericana y del Caribe de personas Trans (Redlactrans), la esperanza de vida de una persona trans en la región es de 35,5 años. Gahela señala que en Perú eso se reduce a 30 años y "tiene que ver con las situaciones de precariedad, de violencia, de transfobia" a las que son sometidas.
Recuerda que en el seno de su familia mamó la militancia política: "He visto cómo mi familia, cómo mis padres han levantado sus voces contra todas las injusticias y eso me ha impulsado a hacer lo mismo desde cuando estaba muy pequeña".
Cuenta que en la escuela ya peleaba en pro de frenar el maltrato infantil y animal, por la defensa de la Pachamama (Tierra). Más adelante, estando en la universidad, cofundó varias organizaciones, como el feminista Movimiento Ricchari Warmi, la Asociación de Jóvenes Campesinos del Valle de Pisco (AJOCAVP) y el Colectivo TLGB+ "SinVergüenzas".
Su candidatura al Congreso es dentro de la coalición Juntos por el Perú, que aglutina a varios partidos y movimientos de izquierda de la nación suramericana y que presenta a la excongresista Verónika Mendoza como candidata presidencial.
Menciona que su elección como candidata fue el resultado de una "decisión colectiva" y de "elecciones primarias" partidarias.
Pero, al igual que en sus otras etapas de vida, en esta como candidata parlamentaria —tanto en 2020 como en la actual—, no ha estado exenta de ataques transfóbicos.
"Lo único que le interesa a quienes atacan nuestra candidatura o me atacan a mí es lo que tengo entre las piernas, lo único que cuestionan son mis genitales o el nombre impuesto", menciona.
Las iniciativas que lleva Gahela, junto con Mendoza, al Congreso, en caso de ganar un curul en los comicios de abril, se concentran en seis grandes propuestas: Agricultura Familiar, despenalización del aborto en todas las causales, una Ley de Educación Sexual Integral, una Ley Integral Trans, reforma policial y un Sistema Integral de Cuidado.