La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, abandonó Taiwán el miércoles después de prometer solidaridad y elogiar su democracia, dejando un rastro de ira china por su breve visita a la isla autónoma que Beijing reclama como propia.

China demostró su indignación por la visita estadounidense de más alto nivel a la isla en 25 años con un estallido de actividad militar en las aguas circundantes, convocando al embajador estadounidense en Beijing y deteniendo varias importaciones agrícolas de Taiwán.

Algunos de los ejercicios militares planificados por China se llevarían a cabo dentro del territorio marítimo y aéreo de 12 millas náuticas de Taiwán, según el Ministerio de Defensa de Taiwán, una medida sin precedentes que un alto funcionario de defensa describió a los periodistas como "equivalente a un bloqueo marítimo y aéreo de Taiwán".

Pelosi llegó con una delegación del Congreso en su visita no anunciada pero vigilada de cerca el martes por la noche, desafiando las repetidas advertencias de China, en lo que dijo que muestra el compromiso inquebrantable de Estados Unidos con la democracia de Taiwán.

El mensaje de Nancy Pelosi a Taiwán: "No los abandonaremos" 

“Nuestra delegación vino a Taiwán para dejar inequívocamente claro que no abandonaremos a Taiwán. Ahora, más que nunca, la solidaridad de Estados Unidos con Taiwán es crucial, y ese es el mensaje que traemos aquí hoy”, dijo Pelosi a la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, de quien Beijing sospecha que está impulsando la independencia formal, una línea roja para China .

Pelosi, crítica de China desde hace mucho tiempo, especialmente en materia de derechos humanos, se reunió con un ex activista de Tiananmen, un librero de Hong Kong que había sido detenido por China y un activista taiwanés recientemente liberado por China, durante sus 19 horas de estadía en la isla.

Furia en el continente 

La furia en el continente por el desafío de Beijing por parte de la representante demócrata de 82 años fue evidente en todas las redes sociales chinas, con un bloguero que gritó: "¡Esta vieja diablesa, en realidad se atreve a venir!" 

El último presidente de la Cámara de Representantes de EEUU que visitó Taiwán fue Newt Gingrich, en 1997, pero la visita de Pelosi se produce en medio de un fuerte deterioro de las relaciones chino-estadounidenses, en tanto que durante el último cuarto de siglo China se ha convertido en una fuerza económica, militar y geopolítica mucho más poderosa.

China considera a Taiwán parte de su territorio y nunca renunció a usar la fuerza para ponerlo bajo su control mientras que Estados Unidos le advirtió que no use la visita como pretexto para una acción militar contra Taiwán.

En represalia, el departamento de aduanas de China anunció la suspensión de las importaciones de frutas cítricas, cola de pelo rayada blanca refrigerada y jurel congelado de Taiwán, mientras que su ministerio de comercio prohibió la exportación de arena natural a la isla.

Si bien hubo pocas señales de protesta contra objetivos estadounidenses o bienes de consumo, hubo una importante presencia policial fuera del consulado de EEUU en Shanghái y lo que parecía ser más seguridad de lo habitual fuera de la embajada en Beijing.

El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, discutió el potencial de la visita de Pelosi con su homólogo Wang Yi durante una reunión del G20 en Bali el mes pasado, y dijo que cualquier viaje de ese tipo sería totalmente decisión de Pelosi e independiente del gobierno de EEUU, dijo el miércoles un alto funcionario de EEUU.

El ejército de Taiwán aumentó su nivel de alerta: el Ministerio de Defensa de la isla informó que 21 aviones chinos ingresaron a su zona de identificación el martes y que China estaba tratando de amenazar puertos y ciudades clave con simulacros en las aguas circundantes.

"Las llamadas áreas de perforación se encuentran dentro de los canales internacionales más transitados en la región del Indo-Pacífico. Podemos ver la ambición de China: convertir el Estrecho de Taiwán en aguas no internacionales, así como hacer que toda el área al oeste de la primera cadena de islas en el Pacífico occidental sea su esfera de influencia”, comentó este miércoles a Reuters un alto funcionario de Taiwán familiarizado con su planificación de seguridad.

 El Ministerio de Relaciones Exteriores de China aclaró que sus ejercicios militares en Taiwán no han causado problemas de libertad de navegación.