La política exterior de Joe Biden ya demostró en lo que lleva de mandato que difiere en los tonos pero no en la esencia respecto de la que aplicara Donald Trump en cuanto a hacer valer la supremacía mundial de Estados Unidos provocando tensiones con China y Rusia.

Fue en este contexto que reapareció públicamente el ex secretario de Estado en las presidencias de Ricard Nixon y George Bush en EEUU, Henry Kissinger, para advertir dramáticamente a la Casa Blanca que acepte un nuevo sistema internacional o que continúe impulsando las tensiones que conducen a una situación similar a la víspera de la Primera Guerra Mundial.

A los 97 años, el “filósofo de las relaciones internacionales”, como lo llama su biógrafo Barry Gewen, fue convocado por el think tank Chatham House –influyente centro geoestratégico anglosajón– para compartir un webinar con ex canciller británico Jeremy Hunt, y analizar la creación de un equilibrio entre las fuerzas globales existentes.

Fue contundente al alertar que “si imaginas que el mundo se compromete en una competencia sin fin basada en el dominio de quien sea superior en ese momento, entonces es inevitable una ruptura del orden. Y las consecuencias de una avería serían catastróficas ".

Al igual que le había recomendado a Trump en la última audiencia personal que mantuvieron, Estados Unidos debería comprender que no todos los problemas tienen "soluciones finales" e instó infructuosamente a llegar a un entendimiento con China en ese aspecto.

Insistió ahora: “Hay conflictos perennes que se resuelven de forma inmediata pero uno de ellos se sale de control en algún momento”, a la luz de la experiencia de la primera conflagración bélica mundial. 

En esta oportunidad, admitió el casi centenario estadista que la idea de que Estados Unidos debería dejar de imponer su voluntad a todos los demás no será fácilmente aceptada en Washington, lo cual está atestiguado por la aguda retórica y los insultos personales que el presidente estadounidense Joe Biden lanza continuamente contra sus homólogos rusos y chinos, Vladimir Putin y Xi Jinping, dijo.

En los ´60 y ´70, cuando era secretario de Estado de dos presidencias, ya había instado a EEUU a ajustarse a la realidad del nuevo orden mundial mediante el equilibrio con las principales fuerzas globales, en clara alusión a China y Rusia.

En aquella oportunidad, había impulsado la política de distensión con la Unión Soviética, la apertura de relaciones con China durante Nixon y las negociaciones para terminar la Guerra de Yom Kippur en 1973 en Medio Oriente. 

Había abierto la conexión con la China de Mao Zedong y el premier Zhou Enlai, movida que perjudicó la posición geoestratégica de la ex-URSS.

Más de medio siglo después, vuelve sobre llegar a un entendimiento con China y lo fundamenta en que “no está determinada a conseguir un dominio mundial”, sino que “trata de desarrollar la capacidad máxima de la que es apta su sociedad”.

En un artículo que publica el portal Gracus/Babeuf, del ex director en la agencia DAN  y la revista El Arca, Norberto Vilar, titulado "Kissinger recomienda a Biden aceptar el nuevo orden mundial con China y Rusia", Alfredo Jalife-Rahme, médico, escritor y analista político mexicano, analiza la postura de Kissinger.http://www.gracus.com.ar/2021/04/21/__trashed-25/

Análisis de la postura de Kissinger de un médico y escritor mexicano

Llama la atención de que “el nuevo orden tripolar de EEUU-Rusia-China no cambió en la reunión presencial de Anchorage (Alaska), donde el funcionario chino de alta jerarquía Yang Jiechi paró en seco al todavía muy novato secretario de Estado israelí-estadounidense Antony Blinken el pasado 18 de marzo: “EEUU carece de calificaciones (sic) para condescender cuando habla con China desde una posición de fuerza”.

Y que tampoco cambió el orden tripolar cuando el canciller ruso, Serguei Lavrov, se reunió con su homólogo chino Wang Yi cuatro días después del histórico encuentro de Anchorage para consolidar la "asociación estratégica" de Rusia y China, si se contabiliza que en los pasados ocho años el "zar" Vlady Putin y el "mandarín" Xi Jinping se han reunido 30 ( sic) veces.

El autor subraya lo juicioso de la postura de Kissinger cuando EEUU pervive su decadencia, la cual denota la realidad del “equilibrio estratégico” tripolar de EEUU-Rusia-China. 

Y coincide con el abordaje que ha realizado el ex secretario de Estado a las implicaciones y complicaciones agregadas de la “tecnología, la explosión revolucionaria ( sic) de la democracia, el desarrollo de la inteligencia artificial, de la cibernética y de otras tantas tecnologías”, cuando “EEUU, por primera ( sic), vez debe decidir si es posible tratar con un país de magnitud comparable –y quizá en algunos rubros marginalmente a la delantera ( sic)– desde una posición que primero analice el equilibrio (sic) existente”.

Remarca que concluyó que la presente situación es ahora “infinitamente ( sic) más peligrosa” dadas las armas avanzadas asequibles a EEUU y a China, pero se sorprende de que, “curiosamente” no haya citado a Rusia, que es hoy líder incontestable en las armas hipersónicas que reconoce hasta Newsweek.

Finalmente, Jalife-Rahme sostiene que, más allá de las pueriles invectivas de Biden contra el “zar” Putin, que en última instancia tuvieron efecto bumerán, vale la pena señalar la reciente guía interina de seguridad estratégica nacional de la Casa Blanca, que coincide en general con la línea conceptual expuesta por Kissinger .

En ese documento oficial se opta por una “estabilidad estratégica con Rusia y China” mediante la “diplomacia, la reducción de las armas nucleares y un nuevo acomodamiento con las nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial, la computación cuántica y el 5G.