Una marcha por la "libertad y los derechos sociales" terminó con graves incidentes en París, un día después de una intervención del presidente francés Emmanuel Macron con la que buscaba calmar la ira suscitada por casos de violencia policial y por un polémico texto de ley sobre seguridad.

La movilización, que se desarrolló en el marco de una jornada de manifestaciones nacionales, comenzó en el norte de la capital bajo un gran dispositivo de seguridad, una semana después de una protesta que acabó también con violentos enfrentamientos.

En la marcha de este sábado en París, se incendiaron varios coches y se rompieron escaparates de distintos comercios.

Asimismo, se lanzaron proyectiles contra las fuerzas de seguridad, que respondieron disparando gases lacrimógenos, constataron periodistas de la AFP.

Según el ministerio del Interior francés, 22 personas fueron detenidas.

"Todo el mundo odia a la policía", "anti, anti, anticapitalistas", corearon algunos participantes. También se incendiaron barricadas.

Inicialmente prevista como una manifestación sindical contra la precariedad, esta jornada de movilziación se sumó a la protesta contra la violencia policial y la ley de seguridad global, que moviliza a los defensores de las libertades desde hace varias semanas.

El texto prevé enmarcar la difusión de imágenes de policías, lo que sus detractores consideran como un golpe "a la libertad de prensa, a la libertad de expresión y a la libertad de manifestación", y va a instaurar "herramientas de vigilancia masiva".

Los manifestantes denuncian la violencia policial, en especial tras dos polémicos casos a finales de noviembre: la brutal paliza propinada a un productor negro, por la que tres policías fueron inculpados, y la evacuación de un campo de migrantes en el centro de París.

"En dos años, no había visto violencia, no es normal que no podamos filmar", declaró a la AFP Nadine, una "chaleco amarillo", movimiento de protesta social surgido a finales de 2018.