Medios informativos de Israel calculaban este lunes en por lo menos 20 mil personas la composición de una marcha de protesta a la residencia del primer ministro Benjamin Netanyahu para pedir el fin de su gobierno, a puertas de la elección parlamentaria del martes.

Este bloqueo político, la futura economía pospandemia y el desgaste social dominan estos cuartos comicios en dos años, analiza el sitio France24.com

La proximidad de los comicios parece haber potenciado las protestas contra el mandatario israelí.

Aunque las manifestaciones se han hecho de manera continua cada semana en los últimos nueve meses, las más recientes contaban con menos participantes, en parte por el invierno, comenta el medio francés. 

"Está en nuestras manos", rezaba un letrero escrito en una bandera israelí.

Otra pancarta anunciaba: "Estamos salvando el país. Luchamos contra la corrupción, somos la esperanza".

Los manifestantes consideran que Netanyahu no puede aspirar a un quinto gobierno consecutivo mientras esté bajo juicio.

Desde 2020, el mandatario israelí enfrenta tres casos separados por soborno, abuso de confianza y fraude. En febrero de 2021 se reanudó el juicio en su contra y, con ello, Netanyahu se convirtió en el primer jefe de gobierno en funciones de Israel en ser juzgado por corrupción.

Aunque muchos critican el manejo que el conservador le ha dado a la pandemia de Covid-19, la rapidez del plan de vacunación –en detrimento, por otro lado, de una vacunación palestina, que sufrió el bloqueo de su Gobierno– podría serle de salvavidas en las elecciones de este martes 23 de marzo.

Las encuestas electorales más recientes predicen una reñida carrera en la que su partido Likud y sus aliados nacionalistas se enfrentarán a las colectividades que se oponen a que el mandatario siga en el poder. 

Desde los dos lados intentan asegurar la mayoría de los 120 escaños que hay en el 'Knesset', que es la palabra en hebreo para referirse al parlamento.

Esto es clave porque el partido que gane más puestos parlamentarios deberá formar una coalición con el resto de los movimientos.

Si no lo logra, en el peor de los casos el mismo parlamento podría votar para disolverse y convocar a nuevas elecciones.

De ocurrir, sería el quinto llamado a las urnas en tan solo dos años, algo que no tiene precedentes en Israel. 

La cantidad de votaciones se debe a que desde 2019 ningún partido ha logrado formar una coalición en el parlamento para consolidar un gobierno estable.

Esa es la razón por la que Netanyahu ha continuado en el poder de manera interina.

El conservador quiere formalizar su liderazgo con una amplia victoria de sus aliados en las urnas que le garantice un consenso en el Legislativo. 

Para lograrlo, Netanyahu cuenta con su exitosa campaña de vacunación contra el Covid-19. Israel es de lejos el lugar del mundo donde más dosis se han suministrado por cada 100 habitantes, según los cálculos de Our World in Data. Tres cuartas partes de los adultos ya están inoculados en tan solo tres meses y la economía se ha reanudado, mientras otros países vuelven al confinamiento parcial.

Pero las informaciones internacionales dan cuenta de que Israel bloqueó las vacunas de sus vecinos palestinos.

Pero el rápido avance de la inoculación podría no ser suficiente. Gayil Talshir, profesor titular de ciencias políticas en la Universidad Hebrea, reconoce que "la vacunación fue la joya de la corona en la campaña de Netanyahu", pero explica en la agencia AP que eso fue hace más de dos semanas.

"Ahora, un minuto antes de las elecciones, las vacunas o las políticas en torno al Covid-19 no son el centro de estas elecciones. Lo que se está convirtiendo en el centro es la crisis económica después del coronavirus, por lo que este es un nuevo escenario que vemos desarrollarse durante la última semana más o menos", precisa el analista. 

Tal y como dice Talshir, los israelíes sienten el golpe de la pandemia en la economía. Actualmente, el desempleo sigue en dos dígitos y muchos de los ciudadanos salen a protestar precisamente porque perdieron sus trabajos durante los tres bloqueos impuestos por el Gobierno antes de la vacunación.