En línea con la preocupación manifestada por la reina Isabel sobre la falta de compromiso de los líderes para con el cambio climático, el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, puso de relieve, horas antes del comienzo de la Cop26 en Glasgow, que “muchos países todavía están haciendo muy poco”.

Camino a Roma, donde habrá de reunirse con los otros jefes de Estado en el marco del G-20, hizo un llamamiento en el sentido de que si no se toman medidas, el mundo moderno podría sufrir el mismo destino que el imperio romano y entrar en un declive dramático.

"Me temo que es cierto hoy que, a menos que hagamos esto bien al abordar el cambio climático, podríamos ver nuestra civilización, nuestro mundo, también retroceder".

Subrayó haber presionado al presidente de China, Xi Jinping, sobre el uso de carbón de su país durante una llamada telefónica el viernes, comparando la situación con un partido de fútbol en el que la humanidad está “ 5-1 abajo en el medio tiempo”.

El mandatario chino, al igual que el ruso, ya anunciaron que no concurrirán a la ciudad escocesa a partir del lunes, sino que participarán por videoconferencia.

Hoy aparece en duda que pueda ser cumplido el objetivo principal de la conferencia, de lograr el compromiso de los países a mantener los aumentos de temperatura global en 1,5 ° C, ya que no hacerlo podría conducir a cambios irreversibles, sostuvo uno de los principales científicos climáticos del mundo.

"La Cop26 no puede tratarse como otras negociaciones políticas", advirtió el profesor Johan Rockström, director del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático.

Un aumento de 1.5C no es un número arbitrario, no es un número político. Es un límite planetario. Cada fracción de grado más es peligrosa", enfatizó.

Inacción británica

Johnson vino enfrentando esta semana críticas por su propia inacción para abordar las emisiones. El presupuesto del miércoles volvió a congelar nuevamente los impuestos sobre el combustible y recortar impuestos en vuelos domésticos más cortos.

Aún así el primer ministro llegó a Roma con un mensaje contundente para los demás líderes del G20.

“Como los países con las mayores contribuciones históricas y modernas al calentamiento global, que construyeron sus economías sobre la base de la quema de combustibles fósiles sucios, el G20 tiene la clave para desbloquear la acción global y lograr el progreso que tanto necesitamos para estar a la altura nuestros compromisos", fue la exhortación a sus pares.

“Si bien los países del G20 son abrumadoramente responsables del problema, son las naciones más pobres las que ya están sintiendo las consecuencias", añadió.

El lunes, los jefes de Estado del G20 se encontrarán cara a cara con los líderes de esos países más vulnerables en la Cop26 y tendrán que rendir cuentas de sus acciones, les previno.

"Si no actuamos ahora, será demasiado tarde", interpeló.

Como anfitrión del encuentro, Johnson aprovechará su estadía en Roma para preparar el terreno con vistas a la cumbre climática, exigiendo "pasos concretos sobre el carbón, los automóviles y los árboles "para que podamos mantener 1,5 con vida y mantenernos en el camino hacia cero neto", como apuntó su portavoz, quien se refirió a la esperanza del gobierno de sostener la posibilidad de mantener el calentamiento global limitado a 1,5° C por encima de los niveles preindustriales, como se establece en el acuerdo climático de París de 2015.

Tiene agendadas conversaciones bilaterales con Scott Morrison, el primer ministro australiano, cuyo propio historial en la reducción de emisiones ha sido fuertemente criticado, así como con el canadiense Justin Trudeau y el italiano Mario Draghi.

Asimismo, compartirá una reunión individual con Joe Biden, el presidente de Estados Unidos, quien estará en el G20 y la Cop26, aunque la pareja asistirá a una reunión en Roma sobre el acuerdo nuclear con Irán.

Luego, Boris Johnson volará directamente a Glasgow desde Roma para abrir oficialmente el lunes la Cop26, a la que se espera que asistan unos 120 líderes mundiales de 196 países, junto con 30.000 delegados.

En el discurso inaugural, el primer ministro presentará la cumbre como una última oportunidad para que la humanidad comience a abordar la emergencia climática, que su portavoz calificó como "un momento crítico para que los líderes mundiales demuestren la ambición climática necesaria".

Está organizada a continuación una mesa redonda sobre “acción y solidaridad”, que reunirá a los líderes de los principales emisores y naciones vulnerables al clima.

Habrá una serie de encuentros bilaterales programados, que incluyen citas con Narendra Modi, el presidente indio, y los líderes de Egipto, Indonesia, Japón, Bangladesh y la República Democrática del Congo.

La antesala del evento han sido las protestas que tuvieron lugar en 26 países el viernes, específicamente contra los centros financieros de las economías más grandes del mundo.

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