Denunciaron represión con "munición real" en Myanmar
Una mujer recibió un disparo en la cabeza en medio de las protestas contra el golpe.
Una mujer quedó en estado crítico tras recibir un disparo en la cabeza, en medio de las protestas que por cuarto día consecutivo, y desafiando el toque de queda, se han desarrollado en las principales ciudades de Myanmar tras el golpe de Estado del 1 de febrero.
Los medios internacionales informaron que la policía usó balas de goma, cañones de agua y disparó munición real, principalmente al aire, para dispersar la manifestación en Naipyidó, la capital.
Cuatro personas resultaron heridas, precisa France24.com
Para dispersar las manifestaciones en contra del golpe de Estado que ejecutaron los militares el pasado lunes 1 de febrero, las autoridades también usaron cañones de agua y balas de goma en la capital Naipyidó.
Las protestas en contra de la junta militar que gobierna desde hace una semana completan cuatro días consecutivos y el pasado domingo fueron comparadas a las movilizaciones que en 2007 llevaron a proclamar la Constitución de 2008, que todavía rige en el país.
Cuatro personas fueron llevadas a los hospitales con heridas que los médicos creyeron, en un principio, habían sido ocasionadas por balas de goma.
De este grupo hay una mujer en estado crítico, un médico que pidió no ser identificado dijo a Reuters que su herida es fatal.
“De acuerdo con los rayos X, es una bala”, reveló el facultativo a los medios. Tanto el hospital como la policía se negaron a comentar oficialmente lo ocurrido.
Los militares gobernaron en Myanmar por más de medio siglo, hasta que en 2011 empezaron a ceder paulatinamente su poder a los líderes civiles.
En 2015, la Liga Nacional por la Democracia de la líder nacional Aung San Suu Kyi ganó las elecciones y en los comicios del pasado noviembre se reeligió.
Los militares alegan que hubo fraude, lo cual niega la Comisión Electoral, y basados en esa hipótesis se tomaron el poder el pasado 1 de febrero.
Además presentaron cargos contra Aung San Suu Kyi, el presidente Win Myint y docenas de líderes civiles del Gobierno.
Según la Asociación de Asistencia para los Presos Políticos de Myanmar (AAPP), hasta este lunes 8 de febrero “un total de 170 personas han sido arrestadas y detenidas en relación con el golpe de Estado del 1 de febrero".
"De estas, dos fueron sentenciadas a dos años de prisión y 18 han sido liberadas. Un total de 152 siguen detenidas, incluidas las dos sentenciadas”, siguió el comunicado.
En las calles, trabajadores del Estado, profesores, estudiantes y monjes budistas protestan para pedir la liberación de la líder birmana Aung San Suu Kyi y el regreso de la democracia.
El Ejército dice que llamará a elecciones y entregará el poder
El lunes, en una atípica alocución pública, el general Min Aung Hlaing, líder de los militares y cabeza actual del gobierno, insistió en las denuncias de fraude y dijo que la junta militar formaría una “democracia real y disciplinada”, distinta a las eras previas de dominio militar.
Los uniformados han dicho que el estado de emergencia que proclamaron el lunes de la semana pasada se extenderá por un año y entonces habrá elecciones.
“Tendremos una elección multipartidista y entregaremos el poder a aquel que gane”, dijo el general Hlaing.
Los militares han impuesto un toque de queda de 8:00 p.m. a 4:00 a.m. en las ciudades de Rangún y Mandalay, la segunda ciudad más grande del país, donde este martes arrestaron a 27 personas en medio de las manifestaciones.
Sin imponer sanciones concretas, Occidente sigue pidiendo el restablecimiento de las instituciones y la liberación de Suu Kyi, la líder birmana que en años anteriores ha sido fuertemente cuestionada por la discriminación de la minoría musulmana rohingya.
Filipinas, el único vecino de Myanmar que se ha pronunciado sobre la crisis, pidió este martes una “restauración completa del statu quo”.
Nueva Zelanda cerró cualquier canal de comunicación político o militar y dijo que se asegurará que sus ayudas no lleguen a la junta, además impuso un veto a los líderes uniformados.
El Consejo de Seguridad de la ONU abordará la crisis este viernes.