Después de permanecer cuatro meses con muerte cerebral tras accidentarse en su casa por un supuesto reto viral que hizo en las redes sociales, Archie Battersbee murió este sábado luego de ser desconectado del soporte vital, decisión que generó una fuerte batalla legal entre su familia y los médicos.

Así lo anunció la madre del niño de 12 años en la puerta del hospital Royal London. “Archie luchó hasta el final y estoy muy orgullosa de ser su madre”, dijo emocionada Hollie Dance. “Con tristeza, Archie falleció hoy a las 12.15. Solo me gustaría decir que soy la madre más orgullosa del mundo”, agregó.

El pequeño, gimnasta y amante de las artes marciales mixtas, fue hallado el 7 de abril en estado inconsciente con algo atado al cuello en su casa en Southend, Essex. Su madre cree que estaba participando de un desafío online en las redes sociales.

Desde entonces estuvo en coma, sin recuperar el conocimiento, y se mantuvo con vida gracias a una combinación de intervenciones médicas, incluida la intubación y tratamientos farmacológicos.

Sus padres, Hollie Dance y Paul Battersbee, apoyados por una organización cristiana, multiplicaron los recursos para impedir la desconexión que llevaría a la muerte de su hijo. Sin embargo los médicos sostenían que su caso no tiene ninguna esperanza y que esto justificaba cesar las intervenciones.

Según fuentes locales, los especialistas estaban seguros que el tronco encefálico del niño estaba muerto. Pero debido a la falta de respuesta, no pudieron realizar pruebas completas, por lo que no se habían declarado legalmente la muerte cerebral. En las audiencias, los jueces se alinearon con la evidencia médica y dictaron que el soporte vital solo servía “para prolongar su muerte, sin poder prolongar su vida”.

La familia de Archie apeló los fallos y dijo que querían dejarlo morir en el momento “elegido por Dios”.

El pasado miércoles, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) rechazó dictar una medida cautelar para que trasladaran a Archie a un hospicio para morir. El hospital también argumentó que moverlo a otro espacio era un riesgo porque un leve movimiento del cuerpo podía agravar aún más el estado del niño.