Muerte y devastación por impacto de cohetes rusos en un edificio de viviendas en Ucrania
Al menos 15 muertos y 24 desaparecidos tras el ataque en la región de Donetsk.
Al menos 15 personas murieron y se teme que dos decenas estén atrapadas tras el impacto de cohetes rusos Uragan en un edificio de viviendas de cinco plantas en la región ucraniana de Donetsk, informaron el domingo autoridades locales mientras los rescatistas se abrían paso entre los escombros.
Ucrania también reportó de enfrentamientos con soldados rusos en los frentes del este y el sur, mientras que Moscú dijo que sus fuerzas atacaron hangares del Ejército ucraniano que almacenaban obuses M777 de producción estadounidense, cerca de Kostyantynivka en la región de Donetsk.
El gobernador de Donetsk, Pavlo Kyrylenko, indicó que el ataque al edificio de apartamentos tuvo lugar el sábado por la noche en la ciudad de Chasiv Yar.
El servicio regional de emergencias cifró el domingo por la tarde en 15 el número de víctimas mortales y añadió que otras 24 personas podrían estar aún bajo los escombros.
"Corrimos al sótano, hubo tres impactos, el primero en algún lugar de la cocina", expresó una residente local que se identificó como Ludmila, cuando rescatistas retiraban un cuerpo en una sábana blanca y limpiaban los escombros usando una grúa además de sus
manos.
"El segundo (impacto), ni siquiera lo recuerdo, hubo un rayo, corrimos hacia la segunda entrada y luego directamente al sótano.
Estuvimos allí toda la noche hasta esta mañana", agregó.
Andriy Yermak, jefe de gabinete del presidente Volodímir Zelenski, aseguró en un mensaje de Telegram que el ataque era "otro atentado" y que Rusia debería ser designada como Estado patrocinador del terrorismo. Rusia, que dice estar llevando a cabo una "operación militar
especial" para desmilitarizar Ucrania, niega haber atacado deliberadamente a la población civil.
Las provincias de Luhansk y Donetsk conforman el Dombás, la región industrial del este de Ucrania que se ha convertido en el mayor campo de batalla de Europa durante generaciones. Rusia quiere hacerse con el control del Dombás en nombre de los separatistas a los que apoya.
Moscú alega que expulsar a los militares ucranianos de la región es fundamental para garantizar su propia seguridad, una ofensiva que ha durado más de cuatro meses y que Occidente califica de guerra no provocada.