La presencia en Buenos Aires del curador de una de las versiones más antiguas de las Escrituras que se conocen, fue una magnífica oportunidad periodística para enfocar el antiguo conflicto judeo-palestino de Medio Oriente, al borde del estallido, desde una perspectiva ancestral y religiosa, que aportase nuevas ideas para un proceso de paz.

Habían sido grabadas en pieles animales, guardadas en ánforas por el pueblo esenio en las cuevas de Qumran hace más de dos mil años, y hallados en 1947. 

Al término de su conferencia sobre los Rollos del Mar Muerto en la Feria del Libro, el profesor Adolfo Roitman dijo a Noticias Argentinas:  “Los textos que trato podrían servir como puente a una negociación entre judíos, católicos y musulmanes en la ciudad de Jerusalén, ya que provienen de la tradición de una época en la que todavía no había cristianos ni judíos. Y de la que la tradición musulmana heredó tradiciones y textos”.

Doctor en literatura y pensamiento judío antiguo, antropólogo, rabino y profesor de historia, brindó siete charlas públicas sobre el significado de los hallazgos de manuscritos de la época de los Macabeos, hace 2.000 años, en las cuevas de Qumran, al este de Jerusalén, de llamados los Rollos del Mar Muerto.

Desde hace tres décadas se desempeña como curador de los manuscritos, hoy abiertos para su preservación, y es el director del Santuario del Libro en el Museo de Israel.

El lunes último, este científico argentino, autor de nueve libros, doctor Honoris Causa por la Universidad Católica de Cuyo y el Rocky Mountain College, dio una conferencia en el salón Ernesto Sábato del pabellón azul en la Feria del Libro, que se lleva a cabo en la Sociedad Rural Argentina.

“La visita de Roitman a la Argentina representa un hito histórico en nuestro compromiso con la excelencia académica y el enriquecimiento cultural de la sociedad argentina. Su experiencia en los Rollos del Mar Muerto y su destacada trayectoria como custodio de uno de los tesoros más preciados de la humanidad resalta la importancia de este encuentro para nuestra comunidad educativa y para el país en su conjunto” destacó Ariel Stofenmacher, rector del flamante International Instituto Universitario Abarbanel (IUIA), la primera institución universitaria de origen judío de Sudamérica, fundada en noviembre de 2023 por el Seminario Rabínico Latinoamericano.

La visita contó con el apoyo de la Universidad del Salvador y de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Roitman es porteño, tiene 67 años, se graduó como rabino en el Seminario Rabínico Latinoamericano “Marshall T. Meyer” en 1986. Tras emigrar a Israel en 1987, tiene como misión custodiar los llamados rollos del Mar Muerto,.

Al término de la conferencia, concedió una entrevista a Noticias Argentinas:

-¿Qué implica ser el custodio o curador de los llamados rollos del Mar Muerto y dirigir el santuario del libro en el Museo de Israel?

-Algo casi obvio, un enorme privilegio. Los rollos del Mar Muerto son uno de los tesoros espirituales de la humanidad y representan un verdadero punto de inflexión en los estudios del mundo antiguo que nos permiten iluminar, de una manera totalmente novedosa, el judaísmo intertestamentario y, más específicamente, los orígenes del judaísmo histórico y del cristianismo. Y en lo personal realmente es un verdadero privilegio pensando que nunca hubiera podido imaginar que la vida me iba a llevar por ese camino.

-¿Cómo llegó al lugar que ocupa?

-Era simplemente un chico nacido en La Paternal, Buenos Aires, que me gustaba mucho el mundo antiguo, pero no era suficiente para llegar a ser el curador de los rollos del Mar Muerto en el Museo de Israel, en el Estado de Israel, en Jerusalén, y ser responsable no solamente del cuidado físico sino también de la exhibición, de la investigación y de la difusión de este tesoro de la humanidad. Soy segundo curador en la historia de la institución. El primero, el fallecido Maguen Broshi, había sido alumno del gran arqueólogo israelí Yigael Yadim que junto con su padre, Elías Yatsoukeni, compraban rollos del Mar Muerto, que son los que hoy forman parte de la colección del Museo de Israel.

-¿Dónde había hecho su formación?

-Para el ´93, había terminado mi doctorado en la Universidad Hebrea de Jerusalén, en pensamiento y literatura judía antiguos, y mi aspiración máxima era poder ser profesor universitario y, si se me daba la suerte, en la Universidad Hebrea de Jerusalén que es la universidad judía más famosa del mundo en estos temas. Y cuando se está retirando el primer curador, uno de los jueces de mi tesis doctoral me llama diciéndome que están buscando un sucesor y, por qué no, presento candidatura, aunque la verdad no me veía para nada apto. Había estudiado arqueología y no era arqueólogo, tampoco había estudiado sobre los rollos del Mar Muerto. A pesar de todo fui aceptado y ejerzo mi función desde noviembre de 1994. Estoy cumpliendo 30 años en la función y me retiro en junio de este año. Porque, según la ley israelí, a los 67 años de edad es cuando me tengo que retirar. Pese a que me habían dado la opción de continuar, consideré que después de 30 años me había ganado el derecho de volver a ser libre.

-¿Qué piensa hacer con el tiempo libre?

-Ya tengo por ejemplo varios viajes, este es uno de ellos, pero todavía ahora estoy haciendo uso de mis vacaciones. Por ejemplo, a partir de fin de junio, unos pocos días antes de dejar el puesto, iré como profesor visitante a la Universidad de Viena. En agosto, cuando ya no estoy en el Museo, voy a Costa Rica y México en noviembre, luego a Roma. Tomo medio sabático de enero a junio de 2025, en una de las instituciones académicas más importantes del mundo hispano, que es el Colegio de México.

Nuevas investigaciones

- ¿Y si en el ínterin aparecen nuevos manuscritos?

-Por ahora no aparecen tan seguido. En este caso sigo las palabras según la tradición bíblica del hombre más sabio del mundo, El Eclesiastés, quien dice “hay tiempo para todo. Tiempo para vivir, tiempo para morir, para llorar, para reír”. Hay tiempo también para ser curador y para dejar el cargo y, además, estoy en una edad en que, obviamente, los 60 de hoy no son los 60 de hace 30 años, Me siento con más fuerza, con ganas, y hay tantas oportunidades de trabajo y de opciones que obviamente quiero aprovecharlas desde una posición de libertad.

-¿Va a seguir radicado en Israel en la nueva etapa?

-Hace 44 años que vivo ahí pero, en realidad, ya me veo que una parte importante probablemente transcurra viajando. Incluso, probablemente, ya estuvimos hablando con la institución que me invitó este viaje, organizado por el Instituto Abarbanel, que es una nueva universidad judía, única en su tipo en Sudamérica y una de las 20 en el mundo, de la posibilidad de desarrollar una nueva cátedra en un nuevo campo de investigación y quieren que me involucre, si no es todo el tiempo, pasaré un tiempo en Buenos Aires donde, en última instancia, juego de local claro.

-¿Qué conclusión extrae de la experiencia con los rollos del Mar Muerto que desarrolló hasta hoy en cuanto a que haya convergencia entre la religión judía y la cristiana?

- Durante dos mil años todos nos transformamos en expertos en las muchísimas cosas que nos separan a los cristianos y judíos. Obviamente, la primera y básica es que el judaísmo nunca vio a Jesús como el Mesías anunciado por las escrituras. Trajo como consecuencia la polémica, las persecuciones desde los actos de fe, la inquisición, las expulsiones. Y hasta podemos decir que, en última instancia, también llegó el Holocausto, que tuvo las últimas bases en una Europa cristiana con una larga historia de judeofobia. Pero ahora vivimos en una época de reparación, que comienza a partir del Concilio Vaticano II y hoy, después de siglos de persecuciones, por ejemplo, nos parece más natural que dirigentes judíos viajen a Roma, que el Papa visite una sinagoga o venga a Jerusalén. Todos entendemos ese pasado tan difícil pero seguir manteniendo la memoria del pasado no nos permite elaborar y crear un futuro. Y los rollos del Mar Muerto son la apertura, la contribución. Vienen de una época… ¿quiere que lo diga en una frase? Los rollos nos permiten recuperar la memoria perdida para entender que judíos y cristianos son hermanos y vienen de un judaísmo anterior al judaísmo rabínico, que es el judaísmo de la época grecorromana. Y eso es lo que permite ver cuánto los judíos tienen en común con los cristianos, porque aunque parezca algo obvio cristianos y judíos olvidan que Juan Bautista, Jesús y Pablo eran judíos nacieron vivieron y murieron como judíos y eso es una verdad que tanto a judíos como a cristianos les cuesta reconocer

-¿Por qué?

-Por las diferencias de dos mil años los rollos nos permiten recuperar ese pasado perdido. A los judíos, les permite ver a los primeros cristianos, que no lo eran como Juan Bautista, Jesús, Pablo, Santiago, como emergentes del judaísmo de Judea del siglo I de nuestra era. O sea que si quiero conocer mi tradición judía no tengo que estudiar solamente textos judíos, sino textos que forman parte de la historia de la Iglesia, pero en realidad fueron escritos por judíos o por aquellos que vieron en Jesús al Mesías. Pero más allá de ello, la realidad de Jesús se entronca con el judaísmo de esa época. De la misma manera, los cristianos, para poder entender a Jesús a Juan o a Pablo, tienen que entender que la llave está en el judaísmo de esa época. Los rollos del Mar Muerto vienen de esa época. Lo voy a poner muy simple: todo cristiano que lee las escrituras o va a la iglesia para escuchar al cura párroco dar el sermón y decir que “Jesús dijo”, obviamente más allá del testimonio evangélico no podemos saber lo que Jesús dijo o no. Pero de una cosa estoy seguro: que no lo dijo en griego, que es la lengua en la que están los escritos neotestamentarios. Por lo tanto, si queremos acercarnos al Jesús de la historia y a su lengua original tenemos que conocer el hebreo o arameo de esos años y ¿qué textos nos llegaron de esa época?: los rollos Mar Muerto.

-¿De qué modo se puede tender ese puente al Jesús de la historia que representan los rollos?

-Son de donde extraigo los testimonios de la lengua de esos años, lo que sería el tape recorder, porque tenemos cien mil palabras en hebreo o arameo de la época y son para acercarnos a la dimensión del Jesús de la historia y a su lengua.

-¿Revelan contradicciones con el Antiguo Testamento?

 -Los rollos no tienen que ver con el Antiguo Testamento. Tenemos copias antiguas de los textos bíblicos pero el material que está en los rollos del Mar Muerto no echan luz a la pregunta, por ejemplo, si existió el rey David. Es irrelevante, máxime si lo que vamos a encontrar son alusiones a los textos bíblicos que conocemos. No estamos iguales y los textos no aportan nada a esas preguntas. Lo que nos permiten es recuperar una versión antigua, por ejemplo, de un texto bíblico y confrontarla con versiones más tardías pero del texto no de la verdad histórica. Los rollos del Mar Muerto, a diferencia de lo que se creía en un momento de que podían hacer referencia expresa a Juan el Bautista, Jesús, Pablo, tampoco lo contienen. De todas formas, siempre le digo a mis alumnos que no hay manera hoy de acercarnos al Jesús de la historia sino es por medio de los rollos del Mar Muerto, pero porque las ideas, las prácticas, la realidad social que tenemos en los evangelios se ven reflejadas también en los rollos del Mar Muerto, que es el primero de los escritos. Ese rollo, que es del siglo segundo, es una versión física antigua del libro de Isaías, que conocemos en versiones más tardías.

Isaías

-¿Cuál sería la interpretación entonces?

- Para decirlo en fácil, los rollos del Mar Muerto permiten, por primera vez en la historia, recontextualizar los orígenes cristianos en su contexto judío de Judea del siglo primero de nuestra era. Sí eso redondea, en este momento, el último testimonio de Isaías.

-Si hoy lo transfiriéramos a la situación, o sea lo que hoy todos vemos y conocemos, ¿cuál sería la traducción de ese mensaje?

-La conferencia de hoy la terminé con un pasaje que, como subrayé, reflejaba un momento de la política israelí cuando el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, visitó Israel y el primer ministro decidió leerle una parte de ese libro, donde habla de la profecía de Isaías hace 2800 años: de la paz universal, de no utilizar mal las armas sino para la labranza, para trabajar la tierra, nomás. Y hoy estamos en un mundo plagado de guerras. Vengo de la zona más conflictiva del planeta, pero hay que pensar que, por ejemplo, en el centro de Europa hay otra guerra de ya más de dos años, entre Rusia y Ucrania. Es decir, la guerra nos acompaña a los hombres desde siempre, y un profeta, un gran hombre del espíritu, como Isaías, imaginaba o idealizaba un mundo sin guerras. Por lo tanto, ese mensaje sigue siendo relevante hoy en día.

-¿Por qué, paradójicamente, en Medio Oriente, lo desoyen desde hace muchos años pese a que el conflicto tiene raíz religiosa, cuyo nudo se desata desde 1947-48?

-El conflicto árabe-israelí tiene, en realidad, más de 100 años, así que es un poco anterior al ´48 y ahí está ya lo que podemos llamar la lucha de los Estados. Porque el Estado de Israel ahora es un Estado contra otros Estados, pero puesto en perspectiva es muy fácil caer ahora en la trampa del conflicto con la Franja de Gaza, donde lo único que oímos es destrucción, muerte de un lado y de otro. Pero dentro de este conflicto, a veces, nos vemos enceguecidos por la violencia, sin entender que hay otro proceso de paz que hace años la está acompañando y comenzó con Egipto en el ´77, siguió con Jordania. Hace poco tiempo tuvimos el acuerdo de Abraham y se está negociando un acuerdo de paz y un político con Arabia Saudita, unos países claves en el Oriente Medio. Uno de países más ricos del mundo dentro de una nueva redimensión de las relaciones entre los países árabes y el Estado de Israel. Obviamente que todavía con eso no resolvimos el problema palestino, pero significa que en algún lado tratan de recomponer las fuerzas y encontrar alguna manera de salir de este círculo cerrado de violencia.

-¿Cómo juegan en este caso los conceptos de religión y nacionalismo que echan leña y combustible a la hoguera?

-Lamentablemente en el conflicto del Oriente Medio hay una relación mortífera entre ambos conceptos y eso nunca puede terminar bien. Estamos hablando de los nacionalismos en los que, por ejemplo, la cuestión de los límites territoriales no hablan de un territorio que se pueda negociar. Hay dos partes: grupos de la ultraderecha mesiánica israelí y los ultrafundamentalistas islámicos, como el Hamas, en donde solamente la tierra, para ellos, forma parte de la voluntad de Dios, donde la única tierra es un concepto religioso. Y a partir de una Tierra Santa indivisible para uno o para otro, la única manera de poder llegar a un acuerdo en algún momento es cuando ambos lados puedan negociar. Hubo un intento, como fue por ejemplo el proceso de Oslo y por distintas razones colapsó. Ahora, por ejemplo, estamos en el fondo del precipicio, pero puede que en algún momento, y no sé cuándo y no sé cuánto, se llegue a poder salir de este círculo de muerte y sangre.

-¿Es un pronóstico pesimista u optimista el que transmite?

 -En los momentos más oscuros de la historia, cuando nos vemos totalmente en sombras, nunca podemos imaginar en qué puede terminar esto y lo otro. En una conversación de amigos pregunté: ¿Alguien se pudo haber imaginado cuando las tropas alemanas estaban marchando en los campos elíseos, en la Segunda Guerra Mundial, que 60/65 años después Francia y Alemania serían el centro, el eje de la Comunidad Europea? Y sucedió. Y eso, que costó millones de vidas, se superó. Espero que en este caso, en algún momento, la cordura de ambos bandos permita realmente llegar a un acuerdo.

-¿Cómo se le ocurre, desde su posición, que podría propiciarse un acercamiento entre judíos, católicos y musulmanes para que negocien un acuerdo de paz?

- Como simple curador que soy, creo, por ejemplo, que los textos que trato pueden servir como puente porque es la tradición que viene de una época en la que todavía no había cristianos ni judíos. Y la tradición musulmana heredó tradiciones y textos de esta época.

-¿Cuál debería ser el escenario ideal que elegiría para juntarlas?

-La ciudad de Jerusalén, dado que es sagrada para las tres religiones monoteístas. Lamentablemente hoy oímos sobre la Jerusalén de los atentados, que justamente representaría todo lo contrario. Lo único que nos quedaría, en última instancia, es tener esperanza.

-¿Qué apelación fuerte para el diálogo Ud., tiraría sobre esa hipotética mesa de negociaciones tripartitas en Jerusalén?

-Por ejemplo, el patriarca Abraham, porque todos, en eso, estarían de acuerdo.

(La firma de los Acuerdos Abraham, que supuso la normalización y el establecimiento de relaciones diplomáticas entre dos naciones del Golfo, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Bahréin, y el Estado de Israel, en septiembre de 2020, se convirtió en un hecho histórico. Abraham fue el padre de Ismael e Isaac, ancestros respectivamente del pueblo árabe de los ismaelitas y del pueblo de Israel por medio de Jacob, hijo de Isaac y nieto de Abraham, quien tuvo doce hijos que fundaron las doce tribus de Israel.)