“Me tendría que haber matado a mi”, dijo el padre del autor de la masacre de Texas
Salvador Ramos, quién se llama de la misma manera que su hijo, sostuvo que pese al ataque "él era una buena persona". Le pidió perdón a las familias de las víctimas.
Continúa la conmoción por la masacre en un colegio de Texas que dejó el saldo de 21 fallecidos, entre ellos 19 menores de edad. En las últimas horas el relato de los familiares del asesino recrudeció aún más el hecho y en esta oportunidad su padre pidió perdón a los familiares de las víctimas.
En diálogo con un medio de comunicación, Salvador Ramos, quién lleva el mismo nombre que su hijo, expresó su angustia por la situación: "Nunca me hubiera esperado algo así de mí hijo. Lamento lo que ha hecho, debería haberme matado a mí".
Su padre indicó que hacía bastante tiempo no se hablaba con el joven ya que se había tenido que mudar de Uvalde por cuestiones laborales y que por la pandemia prefirió no arriesgar la salud de su exesposa y madre de Salvador que padecía cáncer.
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Pese a la poca relación que mantenían en los últimos años, el hombre aseguró que su hijo era una buena persona y que tuvo que abandonar la escuela secundaria por el bullying que sufría: "Era alguien callado que no se metía con nadie. La gente estaba siempre molestándolo".
Este jueves su madre fue quién salió habló con el medio BBC News y sostuvo que su hijo seguro “tenía motivos para hacer lo que hizo” y a su vez aseguró que nunca supo que el joven tenía dos rifles en su casa y con el que había manifestado en redes que iba a realizar un hecho de estas características.
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El relato de un menor que sobrevivió a la masacre indicó que cuando comenzaron a escuchar los primeros disparos le dijo a su compañero de aula que se esconda debajo de del banco de clases para protegerse: “Él disparó hacia la puerta en el aula de al lado. Tenemos una puerta que comunica los dos salones. Entró a nuestra aula, se agachó un poco y empezó a gritar: ‘Llegó la hora de morir’. Comenzó a disparar, y los disparos sonaban muy fuerte, lastimando mis oídos”.
“Me escondí lo mejor que pude. Y les decía a mis amigos que no hablaran para que no nos escuchara que estábamos ahí”, continuó el relato del menor quién también expresó que el peor momento fue cuando llegó la policía: “Entraron a la escuela y empezaron a decir que si alguien necesitaba ayuda que gritara. Una de mis amigas gritó ‘Ayuda’, y el asesino la escuchó primero. Le disparó de inmediato”.