Unas 2.225 personas sufrieron violencia sexual en la Iglesia protestante de Alemania a manos de 1.259 presuntos perpetradores durante las últimas ocho décadas, según un estudio publicado, que advierte de que el escándalo probablemente sea mucho más profundo.

Hubo casos de abusos de alto perfil en las instituciones cristianas de Alemania, aunque el foco principal estuvo en la Iglesia Católica, donde un estudio similar de 2018 encontró 3.700 posibles víctimas de 1.670 clérigos.

El informe, elaborado por alrededor de una docena de investigadores durante los últimos tres años a petición y costo de la Iglesia Protestante, dice que más de la mitad de las víctimas identificadas tenían menos de 14 años en ese momento.

Más de una cuarta parte de los abusadores eran párrocos.

"Ni siquiera es la punta del iceberg", dijo el autor principal del estudio, Martin Wazlawik, en una conferencia de prensa, criticando a la iglesia por manejar los casos "muy reactivamente".

El informe reveló que muchas iglesias regionales no podían descartar la destrucción de archivos, mientras que muchas de ellas dijeron que no tenían suficiente personal para revisar los documentos.

Las víctimas estaban preocupadas porque las investigaciones llegaban demasiado tarde y eran muy lentas, según el estudio, y los riesgos para los jóvenes aún eran altos.

La jefa de los 19 millones de protestantes de Alemania renunció el año pasado por acusaciones de que había tenido conocimiento de presuntos abusos sexuales por parte de un exempleado de la iglesia años antes.

En respuesta al informe, la jefa interina de la iglesia, la obispo Kirsten Fehrs, dijo que la institución aceptó su culpa.

"Estoy realmente conmocionada por la violencia abismal que fue infligida a tanta gente", dijo en un comunicado, añadiendo que el abuso se extendió incluso a las guarderías.

"Sólo puedo pedirles perdón a ustedes, que fueron tan heridos, desde el fondo de mi corazón (...) No los protegimos en el momento del crimen y no los tratamos con dignidad cuando tuvieron el coraje de venir. Adelante".

El portavoz de las víctimas, Detlev Zander, quien dijo que sufrió una década de abuso cuando era niño, no se mostró impresionado y dijo que la iglesia todavía estaba protegiendo a los perpetradores, desacreditando a los abusados ​​y evitando una compensación adecuada.

(Con información de la agencia Reuters)