Cientos de miles de personas salieron a las calles de Hong Kong para una marcha en el Día de Año Nuevo, que terminó con unas 400 detenciones.

La Policía acusó a los arrestados por asamblea ilegal y portación de armas ofensivas luego de que jóvenes radicalizados y vestidos de negro se separaron del grupo principal de manifestantes y la emprendieran en contra de bancos y cajeros automáticos con pintura en aerosol, martillos y bombas incendiarias.

Los bancos y las empresas a las que se relaciona con China continental han sido blanco frecuente de manifestantes radicalizados.