Lula da Silva, presidente de Brasil entre 2003 y 2010 y líder opositor, posteó en su cuenta de Twitter: “Voy a confesarles que nunca tuve tantas ganas de ser Presidente igual a las que tengo ahora con 75 años”.

“No tengo derecho a jubilarme, a quedarme quieto ni a cargar odio. Y el PT (Partido de los Trabajadores) tiene la obligación de volver”, sostuvo el líder político y adelantó que más adelante definirán la candidatura.

Acerca Lula explicó que sus intenciones de volver a la presidencia renacieron en noviembre del 2019, cuando abandonó la cárcel tras pasar 580 días por dos condenas de corrupción. Un paso clave fue la anulación de la Corte Suprema de los procesos por los que fue condenado.

De todas maneras, advirtió que solo aceptará la postulación en caso de que tenga condiciones y de que las fuerzas de izquierda le pidan liderar una campaña para derrotar al actual Presidente de Brasil y líder ultraderechista, Jair Bolsonaro, quien buscará ser reelegido.

El último domingo, Lula da Silva había comenzado una gira por seis estados del noreste de Brasil, la región más pobre del país, con la intención de entrevistarse con líderes políticos y sociales.

“Pensé que había cumplido la misión de mi vida cuando conseguimos retirar a Brasil del mapa del hambre. Pensé que mi trayectoria de lucha había acabado, y fue entonces que aprendí una cosa, que un ser humano que tiene una causa sólo para de luchar cuando muere”, reflexionó el ex Presidente y líder socialista.

Esta gira de Lula coincide justamente con el momento en el que Bolsonaro promueve un nuevo programa de distribución de subsidios para los más pobres.

Según las últimas encuestas, Lula ganaría unas hipotéticas elecciones con el 46% de los votos, mientras que su adversario Bolsonaro quedaría en segunda colocación, con el 25%.