Muchos lo temían. Otros aseguraron que no pasaría. Pero finalmente ocurrió. “Muchísimos migrantes indocumentados que viven en Italia, uno de los países más golpeados por la pandemia, siguen excluidos de la campaña de vacunación actualmente en curso”, lamenta Foad Aodi, presidente de la Asociación de los Médicos Extranjeros en el país europeo.

En la actualidad, subraya Aodi, solo pocas regiones italianas han puesto en marcha sistemas que permiten el acceso de los migrantes indocumentados a las vacunas. “Las regiones que lo permiten son pocas, entre ellas está Emilia-Romaña, Apulia, y la última ha sido Véneto, donde gobierna la Liga (un partido ultranacionalista y considerado xenófobo), agrega. 

Se añade también la región de Liguria, donde paradójicamente quien gobierna también es un conservador, Giovanni Toti.

De hecho, la razón detrás de esta exclusión remite, más a desatención que a discriminación, subraya Aodi y coinciden otras organizaciones, publica France 24.

Jorge León, presidente de una comunidad de salvadoreños de Milán, también señala que esa es otra dificultad. “Un problema añadido es que muchos no saben cómo reservar la cita, y otros tienen miedo de acudir a las autoridades por temor a que así los expulsen del país”, dice. 

En el caso de Véneto, donde reside el 8% de la población migrante de Italia, la posición del gobernador Luca Zaia, cuyo partido ha defendido en el pasado aquello de “los italianos, primero”, ha sido sorprendentemente clara y abierta a nivel público. 

“En Véneto, los hospitales y la salud son desde siempre abiertos a todos. No me interesa si los pacientes tienen o no los documentos, es un tema de civilización. Siempre hemos curado a todos”, dijo Zaia el 9 de junio, al asegurar que pronto se iniciará a vacunar a los inmigrantes.

En Emilia Romaña y Apulia, donde gobiernan administraciones de centroizquierda, también se ha optado por buscar soluciones para permitir la vacunación.  

En Apulia, incluso algunas organizaciones laborales han decidido ponerse manos a la obra. Este ha sido el caso de la sección local de Coldiretti, que esta semana prestó su sede para la vacunación de 220 migrantes temporeros empleados en la agricultura.