Un Airbus A310 del Ejército del Aire español fue el encargado de repatriar los cuerpos de los dos periodistas españoles David Beriáin y Roberto Fraile y del conservacionista irlandés Rory Young asesinados en Burkina Faso el pasado martes. La aeronave llegó procedente de Uagadugú, capital del país africano, y aterrizó en la base aérea de Torrejón de Ardoz, en Madrid, cerca de las 9 de la mañana.

Los fallecidos fueron recibidos a pie de pista por sus familiares y las ministras españolas de Asuntos Exteriores y Defensa, Arancha González Laya y Margarita Robles, así como también por la embajadora de Irlanda en España, Síle Maguire, y por el periodista y secretario general de Reporteros Sin Fronteras, Alfonso Bauluz.

Los féretros fueron transportados a hombros por veinticuatro soldados del Ejército del Aire, luego de recibir un cordón militar de honor.

González Laya confirmó que el Gobierno concederá la Medalla al Mérito Civil a sus dos compatriotas fallecidos "por su labor en pos de unos medios de comunicación que engrandezcan la democracia".

Además, la titular de Asuntos Exteriores señaló que la lucha contra el terrorismo en el Sahel será "implacable" y que trabajarán junto a las autoridades de Burkina Faso y otros socios europeos para esclarecer las responsabilidades en este ataque.

Por su parte, Robles expresó también su agradecimiento a las autoridades de Burkina Faso y al trabajo realizado por los agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), así como la colaboración de los servicios de inteligencia locales y de otros países europeos. 

De 43 y 47 años respectivamente, Beriáin y Fraile eran dos experimentados reporteros, acostumbrados a trabajar en escenarios de peligro. Se encontraban en Burkina Faso para grabar un documental sobre la caza furtiva.

El lunes pasado, hombres armados atacaron el convoy en el que viajaban junto a Rory Young, cofundador de la ONG Chengeta Wildlife Foundation, y a un ciudadano burkinés, en el parque nacional de Arly.

Al día siguiente, las autoridades de Burkina Faso confirmaron que los cuatro fueron "ejecutados por los terroristas", mientras que otras seis personas resultaron heridas. El convoy viajaba acompañado de una fuerza militar especial contra la caza furtiva, que intentó repeler la ofensiva pero se vio superada por los atacantes.

El llamado Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM), una filial de Al-Qaeda en Burkina Faso, ha reivindicado el hecho, pero las autoridades españolas han exigido una investigación profunda a sus pares burkinesas para esclarecer los hechos.

González Laya calificó el área por donde circulaba el convoy como “una zona peligrosa, campo habitual de grupos terroristas y bandidos”.