La ex primera ministra británica Liz Truss culpó a la "ortodoxia" económica del Ministerio de Economía, de otros países y de sectores del Partido Conservador en el Gobierno, de haber hecho descarrilar su mandato y su "plan de crecimiento".

El mandato de Truss se vio truncado el año pasado después de que su minipresupuesto, en gran medida sin financiación, y sus recortes fiscales dispararon los costos del préstamo y las tasas hipotecarias, hicieron caer la libra esterlina y destrozaron la reputación de estabilidad financiera de Reino Unido.

En su primera incursión en política, desde el abrupto final de su mandato de seis semanas, Truss escribió en The Sunday Telegraph, que creía que su receta para Reino Unido, consistente en recortar impuestos y eliminar algunas regulaciones, era la correcta.

No obstante, según escribió, no tuvo éxito porque subestimó "la masa de intereses creados" y la ortodoxia, publicó la agencia Reuters.

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"No pretendo decir que no tengo culpa por lo ocurrido, pero en el fondo no tuve una oportunidad realista de poner en práctica mis políticas por culpa de una clase dirigente económica muy poderosa, unida a la falta de apoyo político", escribió.

"Supuse al entrar en Downing Street que mi mandato sería respetado y aceptado. Qué equivocada estaba. Aunque preveía la resistencia del sistema a mi programa, subestimé su alcance", agregó.

Truss también dijo que había subestimado "la resistencia dentro del partido parlamentario conservador a avanzar hacia una economía con menos impuestos y menos regulada" y el impulso a nivel mundial para "limitar la competencia" entre las principales economías.

"Tal y como expuse durante la campaña por el liderazgo, quería apostar por el crecimiento (...) Pero esto no coincidía con las opiniones instintivas del Tesoro (Ministerio de Finanzas) o del ecosistema económico ortodoxo más amplio", señaló.