La dramática apelación del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) a reducir en esta década las emisiones de gases de efecto invernadero casi a la mitad, tras aceptar que lleguen su punto máximo en 2025, colisiona de lleno con el actual aumento de los precios de la energía, y la guerra que se libra en uno de los mayores epicentos del suministro, el este europeo.

La disyuntiva de los gobiernos al repensar sus políticas energéticas es extrema, porque si deciden aumentar la producción de combustibles fósiles, como están considerando muchos países, incluidos EEUU, el Reino Unido y la UE, pondrían fuera de su alcance el objetivo de 1.5C de calentamiento global por encima de los niveles preindustriales, marca que podría darle al mundo la oportunidad de limitar a futuro el desastre climático en ciernes.

El secretario general de la ONU, António Guterres, fue terminante al acusar a algunos gobiernos y empresas de mentir, cuando afirman que van por buen camino hacia el 1,5C.

En una fuerte reprimenda, advirtió: “Algunos líderes gubernamentales y empresariales dicen una cosa, pero hacen otra. En pocas palabras, están mintiendo. Y los resultados serán catastróficos”.

Los pronósticos más recientes le dan la razón: muestran un 40 % de posibilidades de superar temporalmente los 1,5 °C en los próximos cinco años”, subraya Doug Smith, de Met Office.

"Permanecer por debajo de 1,5 °C de calentamiento global actualmente no es plausible", dice Jochem Marotzke, del Instituto Max Planck de Meteorología en Hamburgo, Alemania.

“Ciertamente hay caminos que lograrán los objetivos del acuerdo de París, si los gobiernos deciden perseguirlos activamente”, dice. Y destaca que 1,5C y 2C de calentamiento no son umbrales a partir de los cuales se acaba el mundo.

“Incluso si perdemos 2C, por ejemplo, lograr 2,5C sigue siendo viable y mucho mejor que 3C o 4C. La gravedad de los impactos aumenta con el nivel de calentamiento, pero no existe un umbral real entre 'seguro' y 'peligroso', solo un empeoramiento gradual”, aclara.

La realidad indica que no queda mayor margen. El impacto del calentamiento global ya se está sintiendo en forma de fenómenos meteorológicos extremos más intensos y frecuentes.

Desde la ola de calor en la Antártida en las últimas semanas hasta las catastróficas inundaciones en Europa en julio pasado, los investigadores confían cada vez más en que muchos de los extremos climáticos que se observan pueden atribuirse a las emisiones humanas de gases de efecto invernadero.

Aceptar que más calentamiento y, por lo tanto, fenómenos meteorológicos extremos aún más intensos y frecuentes estén en camino hace que las medidas de mitigación tengan que ser más cruciales que nunca.

“El riesgo del clima extremo aumenta sustancialmente para las comunidades que no pueden protegerse a sí mismas debido a la pobreza”, dice Marotzke.

Esto es especialmente cierto para los países de baja altitud, que tendrán que lidiar con el impacto del aumento del nivel del mar durante los próximos siglos debido a la respuesta tardía del océano al calentamiento global.

Algunas regiones, como Alemania, ya han experimentado más de 1,5 °C de calentamiento a largo plazo y, en los próximos años, las posibilidades de que cualquier año supere la marca de 1,5 °C serán cada vez más probables.

A partir de 2010, cuando la temperatura global promedio anual (2001-20) fue 0,99 °C por encima de la referencia, las proyecciones sugieren que el mundo podría volverse entre 1,4 °C y 4,4 °C más cálido para 2090, según el escenario de emisiones que sigamos, de acuerdo con los cálculos que se publican en la revista Weather basados en datos del reciente informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC).

Si se mantienen en su alto nivel actual sería posible alcanzar 2C por encima de los niveles preindustriales a mediados de siglo, ensaya.

Pero si se controlaran rápidamente y alcanzasen el cero neto alrededor de 2070, en un escenario de bajas emisiones se podría estar razonablemente seguro de evitar 2C de calentamiento, de acuerdo con la comparación que efectúa con la temperatura promedio para el período de 1850 a 1900.

Sin embargo, el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero en las últimas décadas significa que se ha "incorporado" al menos 0,5 °C de calentamiento entre 2010 y 2045, incluso si se hiciera todo lo posible y se redujeran las emisiones lo más rápido que se pudiera.

Todavía existe una pequeña posibilidad de evitar 1,5 C de calentamiento, pero solo puede suceder si se sigue un escenario de emisiones muy bajas, en el que las de dióxido de carbono se reduzcan a cero en 30 años, y el sistema climático trabaje a favor.