El clima extremo cubre el planeta desde China a California
El director general de la OMS alertó acerca de la difícil situación.
Asia, Europa y gran parte de Estados Unidos se cocinaron bajo un calor extremo el lunes, mientras las temperaturas globales se disparaban a máximos
alarmantes y líderes estadounidenses trataban de retomar la diplomacia climática con China.
Estados Unidos fue abrasado por un calor sin precedentes en el oeste y el sur, azotado por lluvias que provocaron inundaciones en el noreste y asfixiado por el humo de los incendios forestales en el medio oeste.
Una ola de calor estacionada sobre el oeste de Estados Unidos elevó el domingo la temperatura en el desierto californiano del Valle de la Muerte a 53 grados y mantuvo las máximas diarias en Phoenix en camino de superar los 43 grados centígrados en la semana, además de romper una racha anterior de 18 días consecutivos sobre esa cota, según los meteorólogos.
Los científicos afirman que el objetivo de mantener el calentamiento global en 1,5 grados Celsius respecto a los niveles preindustriales está cada vez más lejos.
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En Sanbao, una remota localidad del árido noroeste de China, se registró un récord nacional de 52,2 grados centígrados.
En Europa, los incendios forestales causaron estragos antes de la segunda ola de calor en dos semanas, que iba a elevar las temperaturas hasta los 48 grados.
El Ministerio de Sanidad italiano emitió el lunes alertas meteorológicas rojas -que indican una posible amenaza para la salud de cualquier persona expuesta al calor- para 20 de las 27 principales ciudades del país el martes, y se espera que el número aumente a 23 el miércoles.
Asimismo, casi una cuarta parte de la población de Estados Unidos estaba bajo aviso de calor extremo, en parte debido a una cúpula de calor que se ha asentado sobre los estados del oeste.
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La agencia de salud pública de Francia dijo que el actual clima cálido probablemente hospitalizaría o mataría a "muchas" personas, como lo han hecho las olas de calor casi todos los veranos desde 2015.
La Organización Meteorológica Mundial dijo que se esperaba que el calor extremo y las lluvias se prolongaran hasta agosto.
"En muchas partes del mundo se prevé que hoy sea el día más caluroso jamás registrado", tuiteó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud. "La #CrisisClimática no es una advertencia. Está ocurriendo. Insto a los líderes mundiales a ACTUAR ya".
En una reanudación de la diplomacia sobre el calentamiento global entre las dos superpotencias, el enviado estadounidense para el clima, John Kerry, se reunió en Pekín con su par chino, Xie Zhenhua, e instó a tomar medidas conjuntas para reducir las emisiones de metano y la energía generada con carbón.
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"En los próximos tres días, esperamos poder empezar a dar algunos pasos importantes que envíen una señal al mundo sobre el serio propósito de China y Estados Unidos de abordar un riesgo común, una amenaza, un reto para toda la humanidad creado por los propios seres humanos", expresó Kerry, señalando la proliferación de tormentas e incendios.
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Y añadió: "Es tóxico tanto para los chinos como para los estadounidenses y para los habitantes de todos los países del planeta".
Las persistencias altas temperaturas en China amenazan las redes eléctricas y los cultivos, y hacen temer que se repita la sequía del año pasado, la más grave de los últimos 60 años.
Mientras, el tifón Talim ganaba fuerza y se aprestaba a tocar tierra en la noche del lunes en la costa sur china, obligando a cancelar vuelos y trenes en las regiones de Guangdong y Hainan.
Un anticiclón apodado Caronte -que en la mitología griega era el barquero de los muertos- podría hacer que Europa alcanzara la temperatura más alta registrada, de 48,8ºC, posiblemente en la isla italiana de Cerdeña, según el servicio meteorológico de las Fuerzas Aéreas italianas.
En Corea del Sur, las lluvias torrenciales causaron 40 muertos al derrumbarse los diques fluviales y provocar inundaciones repentinas. Las precipitaciones siguieron a las más intensas registradas en la capital, Seúl, el año pasado.
Hasta 61.000 personas podrían haber muerto en Europa durante las olas de calor del verano pasado, que se teme que se repitan esta temporada.