Los serbios que protestaban en Mitrovica, una ciudad del norte de Kosovo con una gran división étnica, levantaron nuevas barricadas este martes, horas después de que Serbia dijera que había puesto a su ejército en máxima alerta de combate tras semanas de escalada de las tensiones entre Belgrado y Pristina.

El Ministerio de Defensa serbio declaró que, dados los recientes acontecimientos en la región y la creencia de Belgrado de que Kosovo se prepara para atacar a los ciudadanos de esa etnia y retirar por la fuerza las barricadas, el presidente Aleksandar Vucic había ordenado poner al ejército y la policía de su país en máxima alerta.

En tanto, el Gobierno de Kosovo pidió a las fuerzas de paz de la OTAN que retiraran las barricadas, pero afirmó que tenía capacidad y disposición para actuar.

Kosovo y Serbia pretenden ingresar en la Unión Europea y han acordado, como parte de ese proceso de adhesión, resolver sus cuestiones pendientes y establecer relaciones de buena vecindad.

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Algunos datos sobre el enfrentamiento

Kosovo se independizó de Serbia en 2008, casi una década después de un levantamiento guerrillero contra el régimen represivo de Belgrado. Serbia, sin embargo, sigue considerando Kosovo parte integrante de su territorio y rechaza las insinuaciones de que está azuzando tensiones y conflictos dentro de las fronteras del país vecino. Belgrado acusa a Pristina de pisotear los derechos de la minoría serbia.

Los ciudadanos de etnia serbia, que no reconocen al Gobierno de Pristina ni a las instituciones estatales kosovares, representan el 5% de los 1,8 millones de habitantes de Kosovo, mientras que los de etnia albanesa suponen alrededor del 90%. Los serbios han dado rienda suelta a su hostilidad negándose, por ejemplo, a pagar al operador eléctrico de Kosovo por la electricidad que consumen y atacando con frecuencia a la policía que intenta efectuar detenciones.

Las tensiones étnicas volvieron a estallar desde el 10 de diciembre, cuando los serbios levantaron múltiples barricadas e intercambiaron disparos con la policía tras la detención de un expolicía serbio por presunta agresión a policías en activo durante una protesta anterior.

El enfrentamiento se produce después de meses de problemas por la expedición de matrículas de automóvil. Kosovo lleva años queriendo que los aproximadamente 50.000 serbios del norte cambien sus matrículas serbias por otras expedidas por Pristina, como parte del deseo del Gobierno de afirmar la autoridad sobre su territorio.

El 31 de julio, Pristina anunció un plazo de dos meses para cambiar las matrículas, lo que desencadenó protestas, pero posteriormente acordó retrasar la fecha de aplicación hasta el próximo año.

Los alcaldes de etnia serbia de los municipios del norte, junto con los jueces locales y unos 600 policías, dimitieron en noviembre en protesta por el inminente cambio.

Los serbios de Kosovo quieren crear una asociación de municipios de mayoría serbia que funcione con mayor autonomía. Serbia y Kosovo han avanzado poco en esta y otras cuestiones desde que se comprometieron en 2013 con el diálogo auspiciado por la UE.

La OTAN tiene unos 3.700 soldados estacionados en Kosovo para mantener la paz. La alianza dijo que intervendría de acuerdo con su mandato si se pusiera en peligro la estabilidad en la zona. La Misión de la Unión Europea por el Estado de Derecho en Kosovo (EULEX), que llegó en 2008, sigue teniendo allí unos 200 policías especiales.

(Reporte de Fatos Bytyci; editado en español por Tomás Cobos, Reuters)