Inundaciones repentinas causadas por fuertes lluvias devastaron aldeas en el norte de Afganistán, matando a 315 personas e hiriendo a más de 1.600, informaron las autoridades.

Los aldeanos enterraban a sus muertos y las agencias de ayuda advertían sobre un caos cada vez mayor, informó la agencia de noticias Reuters.

Miles de casas resultaron dañadas y el ganado fue aniquilado, precisó el Ministerio de Refugiados dirigido por los talibanes.

Grupos de ayuda advirtieron sobre daños a las instalaciones de atención médica e infraestructuras vitales, como el suministro de agua.

Las calles quedaron cubiertas de barro en el distrito de Nahrin de la provincia de Baghlan, donde la gente llevaba a sus muertos envueltos en mortajas a una tumba.

"No tenemos comida, ni agua potable, ni refugio, ni mantas, nada en absoluto. Las inundaciones lo han destruido todo", afirmó Muhammad Yahqoob, que ha perdido a 13 miembros de su familia, entre ellos niños.

Los supervivientes estaban luchando por hacer frente a la situación, añadió.

"De 42 casas sólo quedan dos o tres, ha destruido todo el valle", completó con lógica impotencia

Extracto y adaptación de un artículo firmado por Sayed Hassib y Mohammad Yunus Yawar, para la agencia de noticias Reuters