Las tropas ucranianas avanzaron en el sur este jueves después de que Moscú ordenara una de las mayores retiradas de la guerra, aunque Kiev se mostró públicamente cautelosa, advirtiendo que los rusos que huyen podrían convertir a Kherson en una "ciudad de la muerte".

El jefe del ejército de Ucrania, Valeriy Zaluzhnyi, advirtió que Kiev aún no podía confirmar si Rusia se estaba retirando, pero que las tropas ucranianas avanzaron siete kilómetros (cuatro millas) en las últimas 24 horas y recuperaron 12 asentamientos.

“Seguimos realizando la operación ofensiva de acuerdo con nuestro plan”, escribió en una publicación en Telegram.

Un pequeño grupo de soldados ucranianos se mostró en la televisión estatal de Ucrania en el centro de la aldea de Snihurivka, a unos 55 kilómetros al norte de la ciudad de Kherson. 

Fueron recibidos por decenas de residentes en una plaza, con una bandera ucraniana ondeando en un poste detrás de ellos y la agencia de noticias Reuters verificó la ubicación del video.

"Hoy, 10 de noviembre de 2022, Snihurivka fue liberada por las fuerzas del 131.º Batallón de Inteligencia Separado. ¡Gloria a Ucrania!" declaró un comandante mientras los lugareños aplaudían, vitoreaban y filmaban a los soldados en sus teléfonos.

Petro Lupan, un voluntario ucraniano que distribuye pan a los residentes a lo largo de un tramo cercano de la línea del frente al norte de Kherson, comentó a Reuters que acababa de enterarse de la recuperación de Snihurivka por un amigo contactado por teléfono allí.

"No puedo encontrar palabras para describir mis sentimientos", expresó a su vez una mujer de 46 años.

El repliegue

Moscú ordenó el miércoles a sus tropas que se retiraran de todo el bolsillo controlado por Rusia en la orilla occidental del río Dnipro, incluida la ciudad de Kherson, la única capital regional que Rusia había capturado en nueve meses de guerra.

Hasta ahora, los funcionarios ucranianos se han mostrado cautelosos en público, advirtiendo que los rusos aún pueden estar planeando sembrar destrucción en su salida.

Mykhail Podolyak, asesor del presidente Volodímyr Zelenski, expresó este jueves que Rusia quería convertir a Kherson en una "ciudad de la muerte", minando todo, desde apartamentos hasta alcantarillas, y planeando bombardear la ciudad desde el otro lado del río.

"Así es como se ve (el) 'mundo ruso': vino, robó, celebró, mató a 'testigos', dejó ruinas y se fue", escribió en Twitter.

Rusia niega haber abusado de civiles a pesar de que áreas residenciales fueron bombardeadas durante el conflicto y evacuó a miles de habitantes del área de Kherson en las últimas semanas en lo que Ucrania llama una deportación forzada.

En el frente al norte de Kherson se oía menos artillería de lo habitual. Una densa niebla se había asentado durante la noche, caía una ligera nevada y el suelo estaba cubierto de escarcha. Las tropas ucranianas que ocupaban los puestos de control estaban abotonadas contra el frío.

Ucrania quiere infligir el mayor daño posible a las tropas rusas mientras intentan escapar por el río, y la cautela pública de Kiev puede reflejar en parte su política de guardar silencio sobre sus propias operaciones.

El mismo Zelenski mencionó a Kherson solo una vez en su discurso televisivo diario durante la noche. Las fuerzas ucranianas estaban fortaleciendo sus posiciones "paso a paso" en el sur, indicó y añadió que "el enemigo no hará regalos".

Cuando se le preguntó sobre Kherson en una entrevista con CNN emitida el jueves, Zelenski dijo que no podía dar detalles porque "realmente quiero tener una sorpresa desagradable para el enemigo y no algo para lo que esté preparado".

El análisis de la guerra

La orden de retirada de Rusia, poco más de un mes después de que el presidente Vladimir Putin proclamara la anexión de un área que dijo sería parte de Rusia para siempre, es una de las derrotas más humillantes que ha sufrido Moscú hasta el momento, según la interpretación de la agencia de noticias Reuters.

Los medios estatales rusos y los halcones de guerra pro-Kremlin lo defendieron como un movimiento necesario y reconocieron un duro golpe.

“Sé con seguridad que esta decisión no fue fácil para nadie. Ni para los que la tomaron, ni para los que entendimos que sería así pero aún rezamos para que no sucediera”, dijo Margarita Simonyan, directora de RT, el canal de propaganda internacional de Rusia, definido así por Reuters.

El ministro de Defensa, Sergei Shoigu, apareció en la televisión el miércoles dando la orden de retirada en respuesta al consejo de su comandante en jefe, quien dijo que era necesario salvar las vidas de las tropas que estarían en mejores condiciones para defender la orilla opuesta del Dnipro.

El general Mark Milley, presidente del Estado Mayor Conjunto de los Estados Unidos, evaluó que los indicadores iniciales sugerían que Rusia estaba cumpliendo con su retiro, aunque podría llevar tiempo completarlo. 

El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, expresó que la retirada mostraba que había "algunos problemas reales con el ejército ruso".

Las fuerzas rusas aún se aferran a otros logros en el sur, incluida una ruta terrestre vital que conecta a Rusia con la península de Crimea que se apoderó en 2014, y ciudades en el este que en su mayoría arrasaron mientras las capturaban.

Para Ucrania, que ha soportado nueve meses de bombardeo y ocupación que ha matado a miles de sus civiles, la victoria en Kherson fortalecería el argumento de que puede derrotar a Rusia en el campo de batalla y podría acallar algunas voces occidentales que le piden que negocie un acuerdo que cedería territorio.

“Esta es una validación de la estrategia militar de Ucrania y el enfoque adoptado por su liderazgo superior. Están teniendo éxito y los rusos lo saben. Ahora NO es el momento de forzar a Ucrania a negociar. Los rusos pueden estar debilitados, pero no están renunciando a sus aspiraciones territoriales. Tendrán que ser derrotados en el campo de batalla y expulsados ​​de Ucrania", "tuiteó" Mick Ryan, un general australiano retirado.

Por Jonathan Landay, de la agencia Reuters