Las fuerzas rusas lanzaron este viernes un ataque terrestre blindado cerca de la segunda ciudad de Ucrania, Járkov, en el noreste del país, y lograron avances limitados, abriendo un nuevo frente en una guerra que se libra desde hace tiempo en el este y el sur.

Ucrania envió refuerzos mientras arreciaban los combates en las zonas fronterizas de la región, según el Ministerio de Defensa, que añadió que Rusia bombardeó la ciudad fronteriza de Vovchansk con bombas aéreas guiadas y artillería.

“Aproximadamente a las 5 de la mañana el enemigo intentó romper nuestra línea defensiva al amparo de vehículos blindados. Estos ataques fueron rechazados, continúan los combates de intensidad variable", informó el ministerio".

Una fuente militar ucraniana de alto rango que declinó ser nombrada comentó que las fuerzas rusas habían empujado un kilómetro dentro de la frontera ucraniana cerca de Vovchansk.

La fuente añadió que las fuerzas rusas estaban tratando de empujar a las tropas ucranianas hasta 10 kilómetros dentro de su país como parte de un esfuerzo para crear una zona de amortiguamiento, pero que las tropas de Kiev estaban tratando de contenerlas.

Rusia no deslizó comentarios de inmediato, según un informe de la agencia de noticias Reuters.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, declaró en una rueda de prensa en Kiev que las fuerzas ucranianas están preparadas para hacer frente al asalto, pero afirmó que Moscú podría enviar más tropas a la zona.

Ucrania expulsó a las tropas rusas de la mayor parte de la región de Járkov en 2022, tras la invasión a gran escala de Rusia en febrero de ese año. No obstante, tras superar una 
contraofensiva ucraniana el año pasado, las fuerzas rusas retomaron la ofensiva y ahora avanzan lentamente en la región de Donetsk, situada más al sur.

Extracto y adaptación de un artículo de Sergiy Karazy y Tom Balmforth, para la agencia de noticias Reuters