La Unión Europea (UE) presentó hoy su Nuevo Pacto por la Migración y el Asilo, una polémica reforma del sistema migratorio que distribuye responsabilidades entre Estados miembros, pero también refuerza los controles fronterizos y fortalece los mecanismos de deportación de migrantes ilegales a sus países de origen.

Para la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el documento representa un equilibrio "justo y razonable" entre "responsabilidad y solidaridad".

A cinco años de la gran crisis migratoria, este nuevo plan establece que aquellos países que no deseen recibir demandantes de asilo en caso de una enorme oleada migratoria deberán en cambio asumir la responsabilidad en el procedimiento de reenvío de esas personas a los países de origen.

Esta es una forma de sortear el continuo rechazo de países como los del grupo de Visegrado (Polonia, Hungría, República Checa, Eslovaquia) a acoger a solicitantes de asilo, y que resultó en el incumplimiento de las cuotas de reubicación decididas después de 2015.

Tras las interminables negociaciones y numerosas críticas, este nuevo plan también propone blindar judicialmente a las organizaciones no gubernamentales (ONG) que rescatan migrantes en el mar.

De la misma fortma,revisa el principio vigente hasta ahora por el cual el país de llegada de un migrante a la UE tiene la responsabilidad de tratar sus solicitud de asilo.

Más-de-un-millón-de-migrantes-entraron-a-Europa-en-2015-la-mayoría-huye-de-la-guerra-de-Siria-e-Irak-por-ello-líderes-de-la-UE-se-reúnen-para-dar-solución-y-mejores-condiciones-a-este-grupo.jpg
La Unión Europea endurece sus controles migratorios

Se trata de unareforma radical del sistema basado en el Convenio de Dublín, eje de tensiones en el bloque ya que coloca todo el peso en los países situados en las fronteras externas de la UE, como Grecia e Italia, desbordados desde 2015 por la oleada migratoria, desde Medio Oriente y África, y la acumulación de demandas de asilo.

También se prevé unproceso acelerado para rechazar más rápidamente a los migrantes que no sean elegibles para recibir protección internacional.

Según la Comisión, se trata de personas que proceden de países con una tasa de respuesta positiva estadísticamente baja a las solicitudes de asilo (menos del 20%), como Túnez o Marruecos.

Para la comisaria europea de Asuntos Internos, Ylva Johansson, "tenemos que concentrarnos más en los retornos (...) En nuestro plan de hoy hay múltiples iniciativas para conseguir una mayor eficacia en los retornos (...) Un punto crucial es, por supuesto, tener buenos acuerdos de readmisión" de esos inmigrantes en su países de origen.

En tanto, paraMarissa Ryan, de la organización humanitaria Oxfam, con su nuevo pacto la UE "se inclinó ante la presión de los países del bloque cuyo único objetivo se disminuir el número de personas que reciben protección en Europa".

Por su parte, Mary Nyman, secretaria general de Cáritas en Europa, consideró"inaceptable que el nuevo mecanismo de solidaridad (...) para sustituir el Convenio de Dublín permita a países miembros la opción de rechazar la aceptación de migrantes mediante el reenvío a sus países de origen".