Cientos de ciudadanos violaron el toque de queda y por segunda noche consecutiva expresaron su ira en las calles de Kenosha, Wisconsin, después de que un ciudadano fue baleado por la espalda por la policía.

Hubo enfrentamientos con la policía e incendios cerca del punto donde fue atacado Jacob Blake, un afroamericano desarmado tiroteado en la espalda por un policía, frente a sus hijos.

Blake sobrevivió y permanecía estable tras una intervención quirúrgica, pero fuera del sanatorio donde fue internado se vivió otra noche de violencia.

Furiosos manifestantes salieron a las calles a exigir justicia.

Tras algunas horas de reclamos pacíficos, la movilización se tornó violenta.

Decenas de personas lanzaron botellas y explosivos contra la policía antidisturbios y la Guardia Nacional, que fue desplegada para controlar las movilizaciones.

Los uniformados respondieron con gases lacrimógenos y se agruparon para custodiar el Palacio de Justicia de la ciudad.

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AL grito de "No hay justicia, no hay paz" fueron incendiados varios edificios y automóviles en el distrito comercial afro, a lo largo de la 22nd Avenue, a pocas cuadras de distancia del lugar donde fue tiroteado Blake, pero manifestantes como Porche Bennett, de 31 años, denunciaron que los daños a la infraestructura los causó “gente de fuera de la ciudad”.

Los enfrentamientos se mantuvieron hasta la madrugada de este martes, a pesar de un toque de queda impuesto desde las 20:00 para controlar las reacciones violentas, en medio de las voces que denunciaron el nuevo episodio de racismo y brutalidad policial, indica el sitio France24.com

Las manifestaciones estallaron por primera vez el domingo por la noche cuando algunas personas iniciaron conflagraciones y arrojaron ladrillos y bombas a la policía, precipitando el despliegue de tropas de la Guardia Nacional en la ciudad por orden del gobernador Tony Evers, quien sin embargo condenó el "uso excesivo de la fuerza" en el tiroteo de Blake y pidió una sesión legislativa especial la próxima semana, para discutir reformas policiales.

El gobernador del estado de Wisconsin, Tony Evers reconoció que "debemos ver el trauma, el miedo y el agotamiento de ser negro en nuestro estado y nuestro país ". El 2020 ha sido un año de protestas raciales, reflejo de una historia de violencia policial contra la comunidad negra del país. Kenosha es solo un nuevo epicentro de indignación.

Los activistas de #BlackLivesMatter exigen el despido y arresto inmediato de los policías involucrados en el tiroteo. De momento, todos ellos ya fueron puestos en licencia administrativa.

También habló el basquetbolista LeBron James, después del Partido de playoffs de la NBA en Orlando, Florida en el que los LA Lakers vencieron a Portland Trail Blazers. James se declaró horrorizado.

“Francamente, esto está jodido en nuestra comunidad. Sé que la gente se cansa de que lo digamos, pero tenemos miedo como negros en Estados Unidos. Como hombres negros, mujeres negras, niños negros. Estamos… Estamos aterrorizados ", dijo.