La Organización Mundial de la Salud (OMS) comunicó este miércoles su preocupación por el aumento de casos de la viruela del mono (monkeypox) en Brasil, que se acercan a los mil.

Según explicó la líder técnica de la OMS para la enfermedad, Rosamund Lewis, la situación en Brasil, donde hay al menos 813 casos confirmados, "es muy preocupante" y alertó que puede haber más casos subnotificados al no haber tests suficientes a disposición de la población.

"Es importante que las autoridades también tengan conocimiento de la emergencia de la salud pública y de interés internacional, de las recomendaciones, y tomen las medidas adecuadas", explicó.

Según Lewis, el brote de casos puede pararse "con estrategias ciertas en los grupos correctos, pero el tiempo está pasando y necesitamos unirnos todos para que esto suceda".

La mayoría de los casos en Brasil se concentran en el estado de San Pablo (el más poblado del país), con 595 notificaciones, seguido de Río de Janeiro, con 109, y Minas Gerais (42).

Este lunes, el ministro de Salud de Brasil, Marcelo Queiroga, afirmó que el país "hizo los deberes" ante el brote de la viruela del mono y explicó que Brasil se ha preparado para hacer frente al virus y dispone de laboratorios para el diagnóstico, la identificación de los casos y el aislamiento de los pacientes.

"Desde el principio empezamos a hacer diagnósticos y el acceso al diagnóstico está disponible. Hemos alertado a las secretarías de salud de los estados y municipios. Los casos están identificados y aislados", añadió el ministro.

La viruela del mono está causada por un virus y se transmite por contacto estrecho con una persona infectada con lesiones en la piel.

El contacto puede producirse a través de abrazos, besos, relaciones sexuales o secreciones respiratorias.

La transmisión también se produce a través del contacto con objetos, tejidos (ropa, ropa de cama o toallas) y superficies que han sido utilizadas por la persona infectada.

No existe un tratamiento específico, pero, en general, los cuadros clínicos son leves y requieren cuidado y observación de las lesiones.

El mayor riesgo de empeoramiento se da, en general, en personas inmunodeprimidas con VIH/SIDA, leucemia, linfoma o metástasis; personas trasplantadas o con enfermedades autoinmunes; mujeres embarazadas o lactantes; y niños menores de ocho años.