La inflación en Brasil registró una desaceleración en noviembre, situándose en 0,39 por ciento, por debajo del 0,56 por ciento de octubre, pero acumula un incremento del 4,29 por ciento en lo que va de 2024, informó el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). En comparación con noviembre de 2023, la inflación mostró un aumento de 0,11 puntos porcentuales. En términos interanuales, es decir, en los últimos 12 meses hasta noviembre, el índice alcanzó el 4,87 por ciento.

Para este año, el Gobierno y el Banco Central se fijaron como meta una inflación del 3 por ciento con un margen de tolerancia de 1,5 puntos, lo que permite que el índice oscile entre el 1,5 y el 4,5 por ciento. En noviembre, el sector de alimentos y bebidas subió un 1,55 por ciento, lo que representó 0,33 puntos porcentuales de la inflación total.

También destacó el sector de gastos personales, que experimentó un aumento del 1,43 por ciento (0,14 puntos porcentuales de la inflación total). Otro grupo que presionó la inflación en noviembre fue el transporte, que subió un 0,89 por ciento y representó 0,18 puntos porcentuales del índice.

Por el contrario, hubo un descenso de los precios en vivienda (menos 1,53 por ciento) y artículos del hogar (menos 0,31 por ciento). El comportamiento del Índice de Precios al Consumidor Amplio (IPCA) es uno de los principales indicadores del tipo de interés básico del país, la Selic, decidido por el Comité de Política Monetaria del Banco Central (Copom).

La tasa Selic es un instrumento utilizado por el Banco Central para controlar la inflación. Una tasa elevada inhibe la actividad económica, lo que puede contener el alza de precios, pero, por otro lado, desincentiva la inversión y la creación de empleo e ingresos, explicó un informe de la agencia de noticias Xinhua.

En 2023, la inflación en Brasil fue de 4,62 por ciento, situándose dentro de la meta del Gobierno y del Banco Central por primera vez desde 2020.