El líder de la oposición conservadora española, Alberto Núñez Feijóo, perdió el viernes una votación para formar Gobierno, despejando así el camino para que el jefe del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, busque un acuerdo divisivo con los partidos separatistas para conseguir una nueva legislatura.

Feijóo, cuyo Partido Popular (PP) había obtenido el mayor número de escaños en las elecciones de julio, no consiguió una mayoría simple en una segunda votación sobre su candidatura en la cámara de 350 escaños, con 177 diputados en contra, 172 a favor y un voto nulo.

Todas las miradas se centrarán ahora en el intento de los socialistas, que quedaron segundos en las elecciones y buscan el apoyo de dos partidos catalanes que han exigido una impopular amnistía para cientos de separatistas que se enfrentan a cargos por un intento de independencia unilateral que llegó a su punto álgido en 2017.

Si los esfuerzos de Sánchez resultan infructuosos, es probable que haya otras elecciones nacionales en enero. La temperatura política ha subido desde la votación. Multitudes han abucheado a legisladores catalanes y vascos que entraban en el Parlamento esta semana con gritos de "¡Terroristas!".

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Durante el debate, los diputados del PP y sus aliados del partido de extrema derecha Vox se negaron a llevar auriculares para escuchar las traducciones de los discursos de los diputados catalanes o vascos. El uso de las lenguas regionales, aprobado en el Parlamento la semana pasada, formaba parte de los primeros intentos de Sánchez de cortejar a los catalanes.

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La presidenta de la Cámara, Francina Armengol, ordenó que se borrara del acta una referencia peyorativa hecha por un diputado catalán sobre la policía nacional enviada para sofocar el referéndum de independencia de 2017, tras una protesta del PP.

También tumbó los comentarios del líder de Vox, Santiago Abascal, que calificó a Sánchez de "corrupto" y "villano". 

A primera hora del día, la policía tuvo que intervenir después de que el diputado socialista Óscar Puente fuera desafiado por un pasajero en un tren a Madrid por la relación de su partido con el líder separatista catalán en el exilio, Carles Puigdemont.

Al final, 177 legisladores se opusieron a Feijóo y 172 le apoyaron, con un voto nulo, en un segundo sufragio sobre su investidura.

Antes de que se votara, Feijóo había dicho a los diputados en un díscolo debate que sabía que perdería la segunda votación. "Asumo que previsiblemente no lo conseguiré, llámenlo fracaso si quieren". El miércoles había perdido una primera votación en el Congreso de los Diputados.

"Hoy no podré darles un Gobierno, pero sí darles seguridad y una esperanza", añadió Feijóo. Otros partidos regionales se han negado a respaldarle, alegando su dependencia de Vox y la antigua oposición del PP a dar más autonomía a las regiones.