La batalla judicial entre Facebook y la empresa de piratería informática israelí NSO
Se lleva a cabo uno de los juicios más importantes de los últimos años, y afectará en gran medida lo que hacen las grandes corporaciones con la información privada de los usuarios.
Una batalla judicial entre la red social Facebook y la compañía de piratería informática israelí NSO se lleva a cabo en la Corte de California. Por un lado, Mark Zuckerberg afirma que el software de piratería de la empresa de Israel penetró en el WhatsApp de los teléfonos de activistas de derechos humanos y opositores a diversos gobiernos, y que fueron espiados. Por el otro, NSO lo niega, y alega que Facebook está interfiriendo en la guerra contra el terrorismo. Pero esta trama también incluye redes de pedofilia, terrorismo, narcotráfico y mucho dinero en juego.
Según consigna el sitio Ynet, Facebook afirma en la demanda que el software de piratería de la firma de Israel se utilizó para penetrar en teléfonos móviles, a través de la aplicación WhatsApp, que pertenece al gigante de las redes sociales. NSO, por su parte, afirma que no tiene relación directa con en estos ataques informáticos específicos y que, en cualquier caso, así es como se lucha hoy en día contra el terrorismo, el crimen organizado y las redes de pedofilia.
Zuckerberg decidió llegar hasta el final y sentenció: "Si NSO cree que lo que hizo fue lícito, lo probará en la corte, pero nuestra opinión es que es ilegal infiltrarse en software (es decir, WhatsApp) que utilizan miles de millones de personas en todo el mundo, cuando están convencidas de que es seguro, y robar información de allí. Si creen que lo que están haciendo es correcto, lo demostrarán".
Eso es justamente lo que NSO está tratando de demostrar, en el marco de la causa que se tramita en la Fiscalía Civil 4: 19-cv-07123-PJH en el Tribunal de Distrito del Norte de California.
Mientras que Facebook ha recibido varias críticas en los últimos años, la empresa cibernética de Herzliya se enorgullece de ayudar a combatir el terrorismo y capturar a archicriminales, como el narcotraficante "El Chapo" Guzmán, pero también ha sido blanco de críticas debido a que se alega que sus herramientas de piratería sirven a tiranos alrededor del mundo y dañan a activistas de derechos humanos.
El juicio apenas comienza, pero ya está movilizando a los medios mundiales. Se descubrió que la herramienta que desarrollaron los israelíes puede penetrar en el teléfono solo con una llamada. Ese software se llama Pegasus. Es decir, que si una persona recibe una llamada de WhatsApp de un número desconocido y ni siquiera respondió, es posible que de todos modos el teléfono también haya sido pirateado. Y a partir de ese momento, todo su contenido -las conversaciones, los mensajes de WhatsApp, las fotos- puede "absorberse".
Por su parte, NSO, argumentó en el tribunal que Facebook mismo usó una especie de herramienta de espionaje contra sus usuarios. Y es importante agregar que hace unos cuatro años, Facebook fue el que se acercó a NSO y pidió usar su tecnología, pero la compañía israelí se negó.
WhatsApp anunció inmediatamente que la vulnerabilidad había sido solucionada pero NSO no negó ni confirmó su participación en el asunto. La aplicación del ícono verde envió un mensaje de advertencia a los 1.400 teléfonos que descubrió que habían sido pirateados. Horas después, WhatsApp y Facebook en California presentaron una demanda civil contra NSO.
La demanda alega que de los 1.400 objetivos de ataque de "Pegasus" identificados, al menos 120 son "abogados, periodistas, activistas de derechos humanos, opositores políticos, diplomáticos y otros funcionarios de gobiernos extranjeros".
En la demanda se le pide al tribunal que dictamine que NSO violó una serie de leyes informáticas y cibernéticas de EE. UU., que le ordene detener de inmediato todos los intentos de piratería de WhatsApp y otorgue una compensación por el daño causado. Y si todo eso no fuera suficiente, en Facebook también tomaron todo el material que habían recopilado y lo enviaron al FBI, con la exigencia de que la agencia estadounidense abriera una investigación exhaustiva contra la firma israelí.
Las consecuencias de lo que sucederá en este caso van más allá de una batalla por el dinero o los más de 1.400 teléfonos pirateados: si se acepta la demanda, ¿qué harán todos los servicios de seguridad del mundo que compraron las herramientas de piratería de NSO? ¿Qué es más importante: la seguridad o la privacidad? ¿Y cuál es el límite de las corporaciones gigantes para inmiscuirse en la información personal de los usuarios? Por lo tanto, muchos ojos se dirigen hacia la sala de audiencias de California.
La empresa israelí decidió contrarrestar: "NSO sólo produce el software, no está involucrado en las actividades de ataque y recolección de información", manifestó una fuente cercana a la empresa. "Facebook nos ataca para quedar como los luchadores por el derecho a la privacidad debido a la gran cantidad de críticas en su contra", agregó, "pero ellos afirman que su herramienta fue utilizada para penetrar en los teléfonos de activistas por los derechos humanos, por ejemplo. - ¿Qué activistas y de qué derechos? Los objetivos son terroristas, delincuentes, narcotraficantes, secuestradores de niños, asesinos y ladrones, gran parte de ellos con sangre en las manos. Las advertencias que WhatsApp envió a esos 1.400 usuarios, que de inmediato dejaron de usar sus teléfonos, frustró una serie de operaciones de prevención y control, y sacó del radar a terroristas y pedófilos.
Si Facebook demuestra que NSO estuvo involucrado en la operación de "Pegasus" y en la obtención de información, la compañía israelí podría tener problemas. Y no solo con Estados Unidos, sino también en Israel. El Estado autoriza a NSO a vender la herramienta, pero incluso eso lo permite con restricciones y regulaciones. Está prohibido operar la tecnología. En Israel, el espionaje sólo está permitido para el Mossad, el Directorio de Inteligencia Militar y el Shin Bet (el servicio de seguridad interior), no para compañías privadas de Herzliya.
Ambas partes tienen claro que esto apenas ha comenzado.
Fuente: Ynet