La película ucraniana que competirá en los Óscar del próximo año, un drama sobre una familia que vive en un pueblo ocupado del este del país, se estrenó en un cine de Kiev repleto, a pesar del temor a los cortes de electricidad y las sirenas aéreas, mientras la guerra de Rusia entra en su noveno mes, publicó la agencia de noticias Reuters.

Muchos militares ucranianos uniformados se encontraban entre los cerca de 400 espectadores que asistieron a la proyección de "Klondike", que cuenta la historia de Ira, una mujer ucraniana embarazada que se niega a huir de su pueblo cuando éste es capturado por los separatistas armados apoyados por Rusia en 2014.

La pareja de Ira, Tolik, se ve presionado por sus amigos para que se una a los separatistas, mientras que su hermano es fuertemente pro-Ucrania.

La película también muestra el derribo del avión de pasajeros malasio MH17 en las cercanías, que la investigación internacional ha atribuido a los separatistas, algo que estos y Moscú niegan. Los restos de la nave constituyen un inquietante telón de fondo de la película.

La directora ucraniana Maryna Er Gorbach dijo que su película pretendía mostrar cómo la gente corriente intenta seguir viviendo incluso en un contexto de catástrofe y cómo se debate entre el amor al hogar y el deseo de ser libre y estar a salvo.

"Durante los 100 minutos tuve que estar pendiente de las noticias por si había sirenas de ataque aéreo. No hubo ninguna, así que estoy muy contenta. Ahora también tenemos un generador aquí (...) Si se dispara una alarma antiaérea, los que quieran salir pueden hacerlo. Pero la proyección continuará", declaró la directora a Reuters.

Comentando el tema de su película, expresó que muchos espectadores extranjeros se habían puesto en contacto con ella para decir que no sabían que los combates ya habían estallado en Ucrania en 2014, ocho años antes de que Rusia lanzara su invasión a gran escala el 24 de febrero.

"Ahora el mundo exige saber lo que está ocurriendo en Ucrania", puntualizó Gorbach, quien añadió que su película no trataba de tomar partido, sino de relatar una tragedia humana compleja.

Por Stefaniia Bern, de la agencia Reuters