La número dos del Gobierno de Estados Unidos, Kamala Harris, prevé tener conversaciones "muy francas y honestas sobre la lucha contra la corrupción, el crimen y la violencia", con el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, según adelantó la vicepresidenta, previo a su primera visita oficial a la región, que también la llevará a México.

Otro posible asunto sobre la mesa de este 6 y 7 de junio –lo que durará la visita– es el eventual otorgamiento de un Estatuto de Protección Temporal (TPS) a Guatemala, que por motivos humanitarios permitiría trabajar legalmente a los ciudadanos de ese país que ya vivan en Estados Unidos.

Se espera que la vicepresidenta firme asimismo con Guatemala y México al menos tres acuerdos sobre seguridad fronteriza, corrupción y desarrollo económico.

Detrás de estas medidas, Washington intenta implantar una estrategia que ataque las principales causas de la migración forzada desde Centroamérica hacia Estados Unidos. Justo en momentos en que su país ha recibido un récord histórico de personas en la frontera sur que intentan pedir asilo, el nivel más alto en dos décadas.

De acuerdo con datos del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), el arribo de extranjeros, principalmente provenientes de México y América Central, pasó de cerca de 7.000 el pasado enero a alrededor de 19.000 en febrero.

La Administración Biden parece comprender que para millones de centroamericanos abandonar su país de origen no responde a un capricho, sino a una acción a la que se ven forzados, debido los altos índices de pobreza, inseguridad y corrupción, entre otros.

"Tenemos que darle a la gente un sentido de esperanza, de que la ayuda está en camino, de que si se quedan, las cosas mejorarán", afirmó Harris, en la línea del presidente Joe Biden, quien le encomendó en marzo liderar los esfuerzos diplomáticos en esta materia.

En medio de estos esfuerzos, Harris se reunirá además con representantes de la sociedad civil y líderes comunitarios, laborales y empresariales, según informó su equipo.