Juzgarán en Nicaragua por conspiración a un obispo crítico de Ortega
El religioso se encuentra bajo arresto domiciliario desde agosto. Otros cuatro sacerdotes que estaban junto a él se encuentran en una cárcel común.
El obispo Rolando Álvarez, un fuerte crítico del gobierno del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y quien está bajo arresto domiciliario desde hace cinco meses, será juzgado por el delito de conspiración, informó el martes el poder judicial de la nación centroamericana.
Álvarez, uno de los religiosos más influyentes de la iglesia católica nicaragüense, fue detenido a mediados de agosto tras ser sacado una madrugada de la casa curial en Matagalpa donde se había refugiado tras iniciarse una investigación en su contra por el delito por el que finalmente será juzgado.
El obispo será mantenido bajo arresto domiciliario, dijo la autoridad judicial. Los cuatro sacerdotes que fueron detenidos junto con Álvarez permanecerán en la cárcel El Chipote, en la capital Managua, considerada por organismos de derechos humanos como una prisión de tortura.
"La autoridad judicial revisó las medidas cautelares (...) admitió el intercambio de información y pruebas y remitió el caso a juicio", informó en un comunicado.
LEÉ: El sur minero de Perú se alista para una lucha "indefinida" tras nuevas muertes en protesta
El Gobierno no respondió de inmediato a una solicitud de Reuters para conocer más detalles sobre la acusación en contra del obispo, el proceso que seguirá.
La detención de Álvarez se dio luego de denuncias de persecución policíaca por parte del obispo y tras el cierre de siete estaciones de radio católicas vinculadas al religioso.
Álvarez es el jerarca católico de más alto rango detenido en Nicaragua de 12 que permanecen detenidos y varios se han ido al exilio, en medio de lo que organismos de derechos humanos consideran una campaña del gobierno de Ortega contra la Iglesia.
El mandatario ha señalado en discursos público a obispos y sacerdotes de intentar derrocarlo mediante un golpe de Estado en 2018, cuando una serie de protestas dejó más de 360 fallecidos, la mayoría opositores a manos de la policía y civiles armados leales al Ejecutivo, de acuerdo a organizaciones de derechos humanos.
(Reporte de Ismael López, editado por Adriana Barrera, Reuters)