El presidente electo de los Estados Unidos, Joe Biden, diseñó un plan de reconstrucción que promete crear millones de trabajos.

Entre sus pilares están políticas contra el cambio climático y más inversión en manufacturas y en tecnologías limpias, así como garantizar el servicio de salud universal.

Joe Biden no ha puesto un pie en la Casa Blanca, pero ya tiene una larga lista de tareas pendientes en el frente económico: retomar la senda de crecimiento y recuperar más de diez millones de empleos para, al menos, volver a niveles prepandémicos.

Con una recesión que borró más de un año de producción económica y otros cinco de crecimiento del empleo, el presidente electo de los Estados Unidos enfrentará desafíos monumentales en el frente económico. Su plan de recuperación denominado "Build back better" (reconstruir mejor), promete hacerles frente, indica la información internacional.

Entre sus propuestas principales están desarrollar políticas contra el cambio climático y aumentar la inversión en manufacturas y en tecnologías limpias.

También se propone defender el llamado "Obamacare" para garantizar el servicio de salud universal, a pesar de que esta reforma sanitaria está en la mira de los tribunales.

Desde su aprobación hace una década, el Partido Republicano ha intentado derogar la ley por la vía judicial ante el Tribunal Supremo y también en el Congreso, donde hasta ahora todos los intentos han fracasado.

Otra parte importante de su plan para recuperarse de la recesión del coronavirus es obligar a las agencias gubernamentales a comprar bienes y servicios fabricados en los Estados Unidos para ayudar a impulsar la fabricación nacional.

Pero quizás una de las propuestas más polémicas en las altas esferas estadounidenses es el alza de impuestos a lo más adinerados, tanto empresas, como personas naturales.

La agenda económica de quien será jefe de la Casa Blanca a partir del 20 de enero incluye más impuesto de renta a los ciudadanos que ganen más de 400.000 dólares al año, así como para las grandes empresas, e imponer sobretasas a quienes trasladen sus puestos de trabajo a otros países.

Pero esta propuesta en particular podría quedar en simples intenciones.

Claudio Loser, ex director para el Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional, dijo a France 24 que "en la parte de grandes empresas es bastante complicado porque se redujo la tasa a las corporaciones para que pudieran competir mejor con otros países, incluido Europa. Ahora se quiere subir el impuesto, pero creo que va a ser más difícil que pase (en el Congreso)".

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Relaciones internacionales

La llegada de Biden implica, para muchos analistas, una agenda más abierta a la cooperación internacional.

China, la Unión Europea y Reino Unido representan algunos de los retos más inmediatos desde el punto de vista comercial.

China ha seguido en silencio el proceso electoral en Estados Unidos, país con el que los lazos se han deteriorado durante los cuatro años de presidencia de Donald Trump. Ahora, con Joe Biden de camino a la Casa Blanca, en Pekín se espera una actitud menos beligerante, pero sin grandes cambios de rumbo.

El demócrata ha sido duro con China en su campaña: llamó "matón" al presidente chino, Xi Jinping, y prometió "presionar, aislar y castigar" al gigante asiático, según lo referencia la agencia EFE.

Con Reino Unido está pendiente la firma de un acuerdo comercial y con la Unión Europea, negociar el fin de una disputa de hace casi dos décadas por subsidios aeronáuticos.